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Más adelante habrá tiempo para deducir las conclusiones espe·
cíficas,
y
para determinar la composición química y vitamínica de
cada uno de los productos que intervienen en su elaboración.
Del conocimiento exacto del valor alimenticio de estos productos,
surgirá, sin duda alguna, la consagración de la cocina santiagueña,
y
seguramente, la adopción de ella por la ciencia, en la importante
ra:rna de la dietética general y particular.
Mientras tanto conformémonos con esta vista panorámica de la
alimentación popular
d~
Santiago, cuya variedad, sabor y riqueza nu–
tricia han de sorprender a los que por error la consideran exenta
de toda. importancia y sujeta aún al gusto salvaje de sus primeros
pobladores.
O.D.L. ,
biblioteca
nacional
del·perú
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