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Nos referimos a su aspecto psíquico, a la -valiosa intervención de
este factor puramente sugestivo en la mayor parte de las recetas y
cuyo beneficio ha podido ser advertido, no sólo por el pueblo que
halló en él alivio a sus dolencias, sino por los hombres de ciencia
que, en estas últimas déc·adas, han aceptado formalmente su virtud
en las enfermedades nerviosas, sobre todo.
El ceremonial, que desde la antigüedad hasta nuestros días, viene
interviniendo en el tratamiento
d~
los males físicos y"morales ; las
prácticas más o menos rituales consagradas por el uso entre los indios
y
heredadas por nosotros; las supersticiosas formas de curar, así
como el empleo de mil objetos con propiedades milagrosas para pre–
venir o combatir la influencia de los espíritus hostiles, son otras tan-
. tas modalidades de la medicina psíquica, impuestas por la fe y acep–
tadas por la ignorancia del pueblo.
· Todavía hoy la gente acepta la medicación moderna, no porque
cuente íntimamente con su eficacia, sino con la de la intervención
divina, ya que es posible encontrar, junto a la cama del enfermo,
al lado e
armaco, a
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XV
El interés siempre creciente del folklore por conocer usos, cos–
tumbres, leyendas, supersticiones, etc., de los más diversos pueblos,
me ha despertado también el deseo de presentar, sucintamente
y
en
forma miscelánica, -que es como mejor se leen ·estas cosas- una
noticia general sobre la alimentación popular de Santiago del Este–
ro, reservándome
pa1~a
después el estudio completo de tan interesante.
tema.
·
1
Por ahora, este trabajo comprende la compilacjón y el comenta–
rio, no sólo de los productos naturales que intervienen en nuestro
régimen, tal · cual la naturaleza los brinda en su diversidad, sino
también de aquellos que se ingieren previamente adobados, condi–
mentados
y
cocidos,
y
que pertenecen, por ello, al
a~e
culinario prO–
piamente dicho.