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ana, son pequeños, del tamaño de una cabeza de alfiler
y
de color
rosa pálido; otros, más grandes
y
festoneados, dan la impr i' d
haberse con tituído por la confluencia de varios el m ntos; final–
mente, algunos más grandes forman parte de la placa merced a un
puente de elementos eruptivos, que va creciendo poco a poco.
Mientras dura el examen, las eflorescencias han aumentado de
tamaño, apareciendo en las vecindades, cúmulos de manchas dimi–
nutas, que servirán de base para la constitución ulterior de una
máculo-pápula. El crecimiento de las
e~lorescencias
se hace, pues, de
dentro a afuera. La superficie de estos elementos presenta al tacto
un relieve marcado, la misma sensación de aspereza y el mismo
aspecto granuloso que hemos hecho notar más arriba.
La temperatura es de
37o4
por la mañana. El estado general es
bueno. El apetito normal. No tiene dolor en la axila correspondien–
te al sitio de la lesión: no hay ganglios. No siente ninguna otra
novedad, si se exceptúa, un ligero prurito en la región supraorbi–
taria derecha y una ligera dilatación de la red facial.
Al 1a f:nguien e
este primer examen y a los varios días de
habe
enzado su e f
s · t peratura normal,
~
..... fe e e·
z-
erdo. Rubicundez
1
si"
edado circunscripta a
ciablemente. El pru-
a
u re de pequeñas esca-
mas r uráceas que se despren e con faCI 1aad, dejando las hue–
llas de la deseamactón en forma de pequeños círculos irregulares
y
blanquecinos de epidermis. A causa de esto el antebrazo parece em–
polvado, sobre el fondo pardo de la lesión. Los síntomas generales
y
locales, así como la caída de la epidermis, dan la sensación de que
la enfermedad ha entrado en un período . francamente regresivo :
prurito menos intenso, edema apenas visible, color más pardo, des–
camación, etc. Al final de la primera semana la placa del antebrazo
ha desaparecido, no dejando otra señal que las escamas furfuráceas.
Observa.ción
N
9
10:
M. A. B. de 28 años, sano. Antecedentes sin
importancia.
El 15 de marzo del año 1927 se frota el antebrazo izquierdo con
hojas de quebracho colorado en flor, en la cara posterior, desde la
muñeca al codo. Cinco horas después el enfermo es presa de un
intenso ardor que se transforma más tarde en violento prurito. Al
mismo tiempo observa que el antebrazo se colorea intensamente de