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rojo, apercibiéndose también que ha aumentado el tamaño de su
circunferencia. Por la noche la temperatura alcanzó a 38°5, acom–
pañándose de cefalalgia, malestar generalizado, insomnio
y
dolor
agudo en el antebrazo, sitio de la frotación.
Al día siguiente le examinamos: extensa placa roja que se formó,.
según manifiesta el enfermo, por la confluencia de una serie de
pequeñas manchas que aumentaron de tamaño progresivamente. Tu–
mefacción apreciable. No hay godet. Al tacto, superficie granulosa
formada por infinidad de pápulas del tamaño de una cabeza de
alfiler. Pulso en relación con la temperatura.
El prurito es insufrible no sólo en el sitio de la lesión primitiva
sino en la cara -región supraorbitaria-, en la región escrotal, tó–
rax anterior, abdomen -porción inferior- y muslos,
y
donde tam–
bién se observan elementos semejantes a los que han constituído la
placa, esto es, máculo-pápula más o menos redondeadas, que recuer–
dan, al confluir, los exantemas sarampionosos.
Un mes después el sujeto se presenta a nuestro consultorio re–
firiéndonos los o ivos que tuvo p ra
diarios que habí mo dispuesto pra t
de la primera v · ita ·
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Que durante el via ·
siderablemente, dvirtiendo
o
síntomas
del comienzo. La fi
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cada vez
más insufrible.
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p
do varias
noches en vela
y
iolenta ·des speración. El edema
y
el prurito le traJeron un o or Intenso en todo el brazo izquierdo,
sobre todo en la región axilar, donde notó la formación de cuatro
o cinco tumoraciones ganglionares, movibles, duras
y
dolorosas. Este
dolor le impidió mover el brazo
y
le produjo un cansancio y pesadez
muy particulares. Como síntoma subjetivo el enfermo recuerda la
impresión penosa de su antebrazo distendido por la infiltración.
Contemporáneamente, numerosas ampollitas aparecieron en la su–
perficie de la placa, llenas de serosidad transparente, al par que·
en otras partes del cuerpo -región escrotal, cara, pecho, muslos
piernas- aparecían máculo-pápulas y vesículas en un todo seme–
jantes a las del antebrazo. Estas ampollitas o vesículas se convir–
tieron, unas, en flictenas que contenían un líquido latescente,
y
otras, en pústulas que al abrirse manaban abundante secreción
purulenta.
La fiebre llegó a 40°. El dolor era muy agudo. Su estado general
había desmejorado sensiblemente: enflaquecimiento, anorexia, pa-