[575]
ces, llora.nido y postrándose en: tierra, pi<dió perdón a su mujer,
comprometiéndose a gua,r<lar
~a
fe empeñada con ella en el
matrimonio. [575] Al día siguiente, lo mismo que todos los
de su casa, oonfesó sus pecados con el Padre Dominico.
Hírose ferviente devoto del Sanito Rosairio, cuyo rezo jamás
descuidaba, lo mismo en las cfil'ounstamcias prósperas que en
las adversas, stimufa.ndo además a otros a rezairJo, con. lo
cual murió como un santo, después de haver vivido en feliz
conso!I'cio con su esposa. Ambos
muri~ron
en
U1I1
mismo día,
y juntos también recibieron sepultura en la iglesaa mayÓr de
París.
77