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tes de oro alar'gJLban sus orejas hasta los hombros, y_ lle
vaban como 'insignias la Mascaipacha que cttbría
Stl
frell
te; el finísinio llanto que a manera de diadema rodeab
su cabeza, y en los que exist1añ dos pulmones del mistt1
rio
so pájaro llamado Coraquenque;
riquí~imos
·vestida:
tle
vicu.ñau otra lela delicada, adornados con piedral
· precios_as; brazaletes d; oro, _fajas y pedrerías de gra1
valor.
Los más poderosos y los más elevado$ de sus súh
ditos reconocían en ellos seres de una naturaleza supq
rior; y admitidos a su pres.encia, se presentaban con un¡
carga a la espalda,· como emblema de la servidumbre;'
como una señal de disposicióñ a
som~terse
a todas la:
voluntades del Inca.
·
RELIGION.- Como todos los pueblos
primi~
vos, de un fetiquismo grosero pasaron, ya durante la dQ
minatión aymara que fué anterior a la
quechua-~.
a un sa
beísmo coinpl·eto y exclusivo, en el que reconocíán .po
divinidad prindpal al Sol (Inti). Est<r astro como orige1
de la luz, de la fecundidad de la tierra
y
de la
felicida(
d~
sus homenaJes; a él se levantaban templo_s, a su nom
bre se hacían las conquistas, se daban leyes
y
era cons1
derado como padre de los Incas.
Además del Sol, se adoraban la Luna y algunaí
estrellas,
el'
Rayo-- y el Arco Iris que es su mehsajero.
·
Como resabios de su antiguo fetiquismo, especian
mente las clases inferiores
1
adoraban también
algunOl
ídolos, a quienes tenían por oráculos y con,sistían
er
grande,s riquísimQs cogines ,
·
'
.
El más 9-ntiguo . de los templos dedicé:.dós al Cul¡
to del Sol era el ele C.oricancha en e
1
1 Cuzco, pues
Mane~
Capajh había dado principio
a
su n1isión echando los .d
mientos de este célebre
edifi~io.