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iban en busca de un_a glorieta de piedra, escogida
por el Señor para revelarse a los hon1bres? ¿Quien
hubiera pensado que con el and_ar de los tien1pos
serían la fecunda se1nilla que se convertiría en
las
incontables multitudes, qne de todos los rincones
cle
la República, venflrián a postrarse ante la Roca
. ensangrentada de un Cristo en la colun1na?
Y
designios de pi os! Al :mitn10 tien1po qne en ·
las serranías de los Andes, en medio de una sole–
dad espantosa, donde rugen los pun1as
y
los cón–
dores arrogantes tejen sus nidos en la punta de
los picachos más agrestes, en medio del sollozo
amargo
de la indiada oprimida, Cristo se tnani–
hesta ensangrentado pidiendo amor a los hombres;
en el
corazón de la católica, Francia en medio de
otros montes
y
en el esrtruendo de u ria humani ·
dad que sucumbe por la degradación
y
el vicio,
Cristo se n1anifiesta revelando :a los hombres las
ternuras de su Corazón
(1).
· ·
Diego _Quispe
y
Margarita
~la
ría:
el indio tos-
:
tado por la 1nclemencia del
tiemp'o; ~ el
representan–
te
de nna raza de titanes que
agoniza~a
en la la–
dera de sus montes
y
junto a
la
corriente de sus
ríosr .
y
la
humilde virgen de la Visitación, he aquí
dos aln1as
escojida~
al misn10
tiempo· para
un
1nen~aje
de amor.
.
·
Hu~nca
y
Paray-le-Monial, Francia
y
el Perú,
- · A
n1érica
y
~:u
ropa al mismo tiempo oyen los so-
11ozos de
t:tn
Corazón que gime, que llora, que meri:.
diga
amor, en medio de la ingratitud -á1narga
de
lo"s
redimidos con sangre divina en
el
Calvario.
·.,.i1()74!, · Fué
éii ·'los ·amaneceres
de un
día> de
Junio, .en esa hora
e.n
que luchan "la oscuridad ·· ·
que
r~.s~ste con~, l~
·;
claridaq qtte · llega." ·
(2),
en "
el
silen~i,o_
de:
·uJL.c:q,f.1}_ .in.ó};t~c~l
y
~nte
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ojo~ ex~- ·
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