ESTUDIOS INCAICOS
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rial. Utilizando el espiritu comunario de las tri–
bus y que parece haber sido la herencia de una
mas alta civilizaci6n desaparecida, los incas agru–
paron cien familias en la
pacbaca
y le dieron un
jefe: el
Llacta-camayoc.
Con diez
pacbacas
hicie–
ron la
buaranca,
regida a su vez por otro jefe ele–
gido entre los
Llacta-camayoc.
Y con varias
bua–
rancas
constituyeron el
buno
(provincia) , cuyo
jefe era el
curaca.
Mas aiin: cuatro
ht.mos
forma–
ban un distrito con su jefe: el
Tucuyricoc.
Este sistema de subdivision administrativa hizo
posible que la vigilancia del Inca fuese imperiosa.
Era, en rigor, una tirania; pero sabiamente fun–
damentada sobre el instinto comunario de los ha–
bitantes y que, por lo tanto, llevaban sin sentir
su peso. "La organizaci6n social incaica - apun–
ta Clements R. Markham - no fue invento de
una dinastia de principes sabios; semejante
fi–
brica hubiera sido imposible en el dec.urso de unas
pocas generaciones. Los Incas encontraron el re–
gimen de la comunidad de aldea vigente entre las
numerosas tribus que conquistaron y lo modifica–
ron apenas lo poco que fue menester para incorpo–
rarlo en la estructura de su gran liµperio" ( 1).
Este sistema, fundado sobre la naturaleza del
pueblo y al que se agregaba la sugesti6n religiosa
que atribuia al
buen tirano
ser hijo del Sol, redu–
jo la masa popular a una vida de tutefa que le
( 1)
Los Incas del Peru.
Cap. XI.