ESTUDIOS INCAICOS
del Sol eran regidas por mujeres que babian enve–
jecido alli: las
mamaconas
(mujeres que bacen de
madres) • Estas les ensefiaban a tejer
y
demas me–
nesteres. Como las vestales romanas, el destino prin–
cipal de estas virgenes, dentro del organismo reli–
gioso del imperio, era el de conservar inextinguible
el fuego destinado a los sacrificios
(
nina villca).
Es bueno bac:er un parfotesis en el capitulo de
los sacrificios. Polo de Ondegardo, el Padre Ber–
nabe Cobo
y
otros cronistas, aseguran que los in–
cas realizaban sacrificios bumanos, como los azte–
cas de Mexico. Cobo dice que buena parte de las
nifias de ocbo o nueve afios que los
apupanacas
(funcionarios destinados a escogerlas por todo el
imperio) designaban, consagrabanse a los sacrifi–
cios. Los cronistas se ban copiado los unos a los
otros en este
y
demas puntos; pero el Padre Blas
Valera, mestizo que pas6 lo mejor de su vida en el
Peru, los refuta de manera definitiva. Blas Valera
es un c,ronista fidedigno y original; su palabra
merece fe, tanto que Garcilaso de la Vega
y
otros
se sirvieron de sus manuscritos con buen provecbo.
Dice: "Mas en ningun
quipo
ni bistoria antigua
ni moderna be ballado que algqna destas virgenes
novicias que no querian quedar en el templo fuesen
seiialadas para ser sacrificadas y muertas por el
bien del pueblo · o del lugar, o por necesidad, ni
que ninguna bubiese muerto desta manera, sino
siempre lo contrario. Ni se
a~6nde
pudo Polo
adivinar tal interpretaci6n, si no es que oy6 decir