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debe haber sucedido lo mismo con los que, entre ellos,
llevaban el nombre de
Matarás.
Su nombre y su len–
gua han clesaparecido como otros nombres de pue–
blos y de lengua_s indígenas. Este es precisamente
el caso de los Diaguitas.
•,
ó
«En conclusión, queda perfectamente establecido
que la llanura de los provincias argentinas actuales
de Salta, Tucumán y Santiago del Estero, estaba en
la época de la conquista española, poblada por una
numerosa nación, los
Tonocotés)
que tenían una len–
gua común, la
tonocoté,
hoy
día
extinguida, sobre la
cual Barzana escribió la obra Ungüístfoa que tam–
bién se ha perdido, y sus descendientes son los mes–
tizos actuales de estas provincias.
«En cuanto a los
Lules
de Miraflores y a la lengua
liile-tonocoté
de l\iachoni, la larga discusión comen–
zada por Hervá.s en
1800
y
continuada basta nues-
'tros días no
ha
probado con evidencia que esta len–
gua no es la
tonocoté
de Barzana, pero no ha proba–
do tampoco
lo
contrario. Lo único puesto en eviden–
cia iwr esta discusión es que los
Lules monta1'íeses
descritos por Techo no eran los antepasados de los
Lu es.
de lV.Urafiores. Si la lengua de éstos no es la
<;
tonocoté
de Barzana, ella no puede ser más que uno
de
lo~
dialectos de los
L'ules nómades» ...
(Boman,
op.,
t.
I,
págs. 44-45, 51 y 54-55) (13).
4.
Oostumbre8.
-
En cuanto a las costumbres de
los tonocotés (o juríes) de la jurisdicción de Santiago