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se producen por el mes de noviembre,
y
cuando no,
de diciembre adelante, basta los comienzos de mar–
zo. Pero esta carencia de lluvias está compensada en
parte por lo muchos filones de agua, ·m{ts o menos
abundantes, que descie_!lden de la montaña occiden–
tal, a onsecuencia de los deshielos de las nieves
perpetuas que cubren su cima.
«El río Oalcbaqní baña de norte a sur, y el
s~nta
1
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María, de sur a norte, uniéndose ambos frente a
Cafayate, para formar la quebrada de las Conchas y
seguir en un solo curso bacía el nordeste hasta de–
sembocar en el río Juramento.
«La elevación mínima sobre el nivel del mar es de
1600 metros, en lo plano; de aquí que la rarefacción
del aire produce el fenómeno de la
1nir
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cl,
en las per–
sonas débnes, extrafüts al clima, cuando se ha hecho
un ejercicio violento a pie.
«La región calchaquina, vista desde las alturas de
las montañas del Oriente, allí está con sus inmens·as
sábanas de arena, con su aridez que apena., y con la
fragosidad imponente de sus sierras, donde sólo ani–
dan las serpientes, y en las partes altas y frías, la
llama y
~1
guanaco montaraces .
')
«Los bosques de algarrobos .casi están agotados.
E_n el verano, las sierras toman un tinte verdoso,.
apenas perceptible, por la escasa vegetación que las
11 uvias hacen brotar, y en lo llano, las sábanas se
cubren de pequeñas y variadas flores. .. .