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de Blas de RQsal es, compañero de Núñez de Prado :
«La dicha ciuda.d de Tncumán lBarcol que es
en el
1ni.smo río de Tucumán ...
»
(Cabrera,
op.
II,
pág.
146).
Para Cabrera , este ' río de Tucumán' es el
Gas–
tona
de
hoy -
según ya dijimos; - pero ello es dis–
cutible a nuestra manera de ver.
Por último, el señor
J
aimes Freyre nos afirma que
la ciudad del Barco
«
se fundó
en el mismo sitio
don–
de se levantó más tarde Cañete
y
después San Mi–
guel» - el viej'o San Miguel -
(op.
I)
págs. 45 y 46).
Con las
_ pru~bas
que da., considera1este escritor 'de–
fhliti yamente esclarecido' el dichoso prob[ema, pero
no es así. Como tendremos ocasión de decirló mejor
en otra parte, lo único precisado y de¡uostrado con
los testimonios de conquistadores que cita el señor
Jaimes Freyre, es que del Barco se fundó
en el rnis–
rno
-v-alle
o
comarca
donde se alzó posteriormente San
Miguel, pero
no en el misnio sitio
J
dando al vocablo
s·itio
el s·entido limitado que debe tener (42).
Hech~_
la elección del
c¿siento
en el
~
iiall§
1
de
Tiwu-
1nan'
Núñez de Prado 'fabricó un fuerte' para de–
fenderse de los indios, y 'repartió los solare$' de-es–
tilo entre sus compañeros. El 'fuerte ' debió consis-"
tir,
probab~emente,
en unos cuantos ranebos o rama–
das
de~tro
de una cerca o vallado hecho de
JHt lo
et
p i que.
.Afuera, en los solar-es, algunos soldados cons–
truirían sus casas, como hoy nuestros paisanos, plan–
tando en cuadro unos horcones y haciendo un techo
de ramas
y
tierra o quizás de paja, con unas paredes
de
qiiincha
o de postes, como el cerco del fuerte ...