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EXPLOR ACION E I;-< CI DE_•
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Pocas de .las casas de la. elase más bnja
r~p 1::~.
Sierra del
Pe.rútienen alÍo ahora ·máR de una puerta;
y
é::t<.L
con fre–
cuencia tan baja, que la entrada eR difícil aurt · caminando
con las manos
y
las rodillas. El clima · frío
y
la escasez d_e
combustible explican suficientemente la deficiencia; de puer–
tas y ventanas. La carencia de madera explicará también
la incongruencia real o aparente de los .edificios ·en ci.Iya 'des–
cripción he estado empeñado. Tales edificios tenían techo
de paja, como muchas de las casas
fm
la ciudad de Puno,
y
otras del interior en la actualirlad. En algunas de las
cons~
trucciones de dos .pisos-como por ejemplo en el Palacio del
Inca en la Isla de Titicaca-en las habitacio11es de los bajós
que eran las más pequeñas, el techo o cielo raso es un ar–
co formado por piedras superpuestas. teeho qüe parece ha–
ber r;;ido ·el más aproximado al verdadero arco · empleado
por los mejicanos y centroamericanos. No he encontrado o–
tra clase de arco en los _edificios de piedra en el Per-ú, pero sí
en'contré un verdader-o arco en una construcción de adobes
en Pachacamac.
·
Bl templo d6 'Sol [ué el edificio principal
y
más impo–
nente no só o. del Cuzco sino de todo el Perú,
~i
no de toda
la América. Los relatos ¡:¡.cerca de sm. esplendor
y
riqueza
dejados
P.
r los Gonquistadores, en los que agotan los su–
perlativos dasu gTandioso lengl!laje
ha~
sido repetidos tan
a menuClo que se han hecho familiares a los ·lectores ilustra–
dos. Según esas narraciones, este edificio tenía cuatrocien–
tos pasos de circuito, con altos muros de .piedra ·primorosa–
mente labrada que rodeaban un patio en el que se abrían
cierto número de capillas dedicadas al cúlto de los astros
y
los departa.meutos destinados a los: ·sacerdotes
y
a sus sir–
vientes. La crónica erróneamente atribuida a Sarmiento,
afirma que no vió en España má::; que dos e'dificios q·ae pu–
dieran compa¡;-ársele en su ejPcución,
y
Garcilaso dice que to- .
do cuanto escribier·ou los españoles acerca del templo, y todo
cuanto él mismo h\)biera podido escribir, no alcanzaría a
dar una justa idea de su grandt;)za. Estaba situado como
tengo dicho, en la parte baja. de la ciudad, en el banio de Cco–
ricancha o lug-ar uel oro,,sobre el lecho del río, hacia el cual
descendía el terreno, como desciende actualmente, por una
serie de terrazas con caras de pieur'a labrada que formaban
los jardines del Sol.
(1)
El templo propiamente dicho oc:u-
-ui.
Las tiJ'I"'I'azas han desapa1·ecido casi pm· completo y los ja1·dlnes del
Sol han sido invadiidos pm· inmigNntes aust1·alianos, quie1·o deci1· pm·
eu.
caliptos. Se impone la const1·ucci6n de wna avenida por la m·illa
izquiiJ'I·dc~
del Huatanay que 1ma el Templo del Sol
con
la estaci6n del Pumacc-chtt-
pan.-N. del
1'.
.