RN LA TIERRA DE LOS INCAS
mente lisas, como si la¡s paredes hubieran Elido
aplanad~s
después de
coustrnída~.
·
Los afqwitectos incaicos
t~abíím
labradas piedras para
edificios cu·adrangul•arel-1
y
circnl¡nes. Una sección del Tein.–
jllo del Sol es circular
(1),
mejor dicho un arco de círculo a–
planado. Las piPdras ÜJPron cortada:'! para ajustarse en
es–
ta forma, pues las supe1·ticies de con1..acto
pa~an
por los ra–
clios
dP
dos círculos
coucéntrico~
y la línea de inclinaci'ón ge-.
neral de la pared es perfecta en cada sillar.
Volviendo al asunto del plano de los edificios incaicos,
como ya he dicho, se construyeron por lo general en torn·o
de un patio, al
qn~
ténían salida todas o casi todas las ha–
bitaciones. Por regla general, éstas eran separadas·
y
pare–
ce que cada lina se destinaba a un uso
~>Special.
En algunos
caso~.
no obstante. ex1¡,¡tían habitacio·tJes interiores a las·
que no podía
ll~~:arse
sino pasando por cierto número de
antesala~.
Eran quizás alcobas, o recintos destinados a las
prácticas de la rPiigión doméstica, o rffngios de los tímidos
o de los. débiles.
Mucho<~
de los departamentos erah grandes.
Garcilaso describe a lgur os de ellos, cuyos
J
1
eStos· quedan
aún para éomp::rob rar su veracidád,
y
dice que pueden
c~mtener
sesenta
jinetes.~
con espacio suficiente.para que .ma–
mobreu con sus la-nzas. Tres lados de la gran plaza de Huaca–
pata estaban ocupa os por otr0s tantos
ga;lponé.<>
o· edifi–
cio~
públicos, destinados a las ceremonia¡;¡ religiosas
ú
o1iros
actos durantP el mal tiempo, cada uno de Jos cuales tiene
' capacidad suficiente para varios miles de person.a:s. Ga>rci–
laso no
13e
éxti'aliruita al deRcribi'rlos como qúe tenían dós–
cientos pasos de largo
y
de cineuenta a sesenta de ancho,
con capacidad para tres mil perso.nas cadá uno.
Prescott
y
otros han ibcú'rrído en errór al describir los
edificibs de los antiguos peruanos, afirmando que eran de
un solo piso, blljos
y
sin ventanas. Ahora bien, las paredes
que quedan eh el Cuzco de'rnuestran que eran de treinticinco
a cuai'enta pies de alto sin contar la altura del teého. Eran
quizás de un solo piso, hecho sobre el que nada puede afir–
marse; por otra parte, sabemos que existían edificios, tem–
plos
y
casas particulares de do&
y
tres pisos, con ventanas
adecuadas para a•lnmbrar los H:íteriore!'l. Teniendo en cilerita
el
clima del país y la falta de coh0cimieto del V'idrio,
el
n'P–
mero de ventanas ha debido estar limitado a lo imfispensable.
(1)
También
1e
conserva u,n
edificio
eiréular
a manera
de
kn"'·eón,
éntn
las ruinas
de
la
gran
ciudad
de
Machu Ph.chu
descubie1·ta
por
Hirám
Bingham
e:n
1911.
sobre
una' montaña
C'Ubierta
de
bosque·
tropical.
Yéase
Natloaal OIOIJl'Cipblcal Magazlaa,
XXIV. Oct. 191t. N.
atl
T.