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-34-

arqueología y en la historia el falso empleo de

fa

palabra "Calchaqui"

con todas sus derivaciones funestas.

A

él se debe que Ameghino, La–

fone-Quevedo, Ambrosetti, .Quiroga, Vicente López, Uhle, Debenedetti

y

otros .incurrieran en el error de escr1bir sobre civilización, cul–

tura, alfarería, historia, pueblo "Calchaqui" en casos en que hubie–

ra correspondido dar la noción del conjunto empleando el término

"diaguita".

La influencia incaica queda suficientemente probada sin acudir

a nuevas autoridades. Desde la época del señor Ambrqsetti hasta

las últimas excavaciones, el caudal de

objeto~

netamente peruanos o de

sugestión peruana, encontrados en el territorio de fas provincias del

ant1guo Tucumán, no ha hecho -sinó confirmar el error de su tesis

y afianzar la verdad reconocida por los señores Uhle, Boman y de–

más arqueólogos. Creemos, si

embargo, oportuno agrupar algunos

vasos diaguita·s -eon otros i:n<:aicos o de la época imperial. La analo–

gía e im one a simple vista sin que sea menester multiplicar las prue–

bas, eomo podría hacerse fácilmente. (41).

Examinando las formas exteriores de Jos vasos se percibe que

los aribalos incaicos (42) fig. 6-y 7 de a 1·álinina Il[ ofrecen una línea

idéntica a ' a de los diaguitas del V1al1e de Lerma y Cafayate, (43),

representados en fas ñg.

1

y 4 de la misma lámina. Obsérvase as·imis–

mo s imilitud en ·los mot ivos <lecorativos del citado aribalo fig. 4 y el

incaico (44) de la fig. 3. Una serpiente escultórica horizoruba;l se ad–

vierte en e!l aribalo del Pucará de Lerma, fig. 1

y

en el incaico (45)

reproducido en fig. 5.

La serpiente enroscada, visible en las figs . 2, 8 y 9 (46) aparece

(41)

Véase Lámina III.

(42)

E stos aribalos forman parte de la colee·

ción del Museo de Arqueologla Peruana "Lar·

co Herrera" de L ima. Proceden de la región

incaica.

(43)

El aribalo Fig.

t

( 1!4

tamaño natural)

procede del Pucará de Lerma. H a sido repro·

ducido de la obra de Don E ric Boman "Anti·

quités de la région andine". E l aribalo Fig. 4

de una altura de 320 mm.

un diámetro de

vientre de 208

y

un espesor de 6, procede

de Cafayate. Forma parte de la colección del

Museo de La Plata

y

ha sido reproducido de

la obra de Don Félix F. Outes: " Alfarerías del

Noroeste Argentino".

(44) Este nribalo incaico forma parte dé

la

calección del Museo de Historia Nacional de

L ima. P rocede del Cuzco. Mide

0 .720

mm. de

altura,

0.500

mm . de diámetro de vientre

y

0 .010

mm. de espesor.

(45) Este aribalo incaico forma parte de Ja

colección del M. A. P. mide

0.200

mm.

de

alto por

0.210

mm. de d iámetro

(46) Esas tres urnas diaguitas se encuentran

en la colección del Museo de La Plata. L a fi g.

2

procede de Catamarca

y

mide

550

mm. de

a lto, 390 de diámetro de boca,

320

de diámetro

de vientre

y

6 dt- espesor. Reproducida de la

obra antes mencionada de don F. Outes, (P lan·

cha V. fig.

i).

La fig. 8

(1J7

del tamaño natu·

ral) procede de Cerro Pintado, en el valle de

Santa Maria, donde

fué

hallada por el señor

Carlos Brucb

y

reproducida en su obra "Ex·

ploraciones

Arqueoló~icas

en las provincias de

Tucumán

y

Catamarca"' (fig.

1o8).

La urna re·

presentada, fig. 9, procede de Catamarca y mide

420 mm. de diámetro de vientre

y

8 de

espeso~.

reproducida de

la obra antes mencionada de

don F. Outes (Plancha VITI, Fig, II),