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arqueología y en la historia el falso empleo de
fa
palabra "Calchaqui"
con todas sus derivaciones funestas.
A
él se debe que Ameghino, La–
fone-Quevedo, Ambrosetti, .Quiroga, Vicente López, Uhle, Debenedetti
y
otros .incurrieran en el error de escr1bir sobre civilización, cul–
tura, alfarería, historia, pueblo "Calchaqui" en casos en que hubie–
ra correspondido dar la noción del conjunto empleando el término
"diaguita".
La influencia incaica queda suficientemente probada sin acudir
a nuevas autoridades. Desde la época del señor Ambrqsetti hasta
las últimas excavaciones, el caudal de
objeto~
netamente peruanos o de
sugestión peruana, encontrados en el territorio de fas provincias del
ant1guo Tucumán, no ha hecho -sinó confirmar el error de su tesis
y afianzar la verdad reconocida por los señores Uhle, Boman y de–
más arqueólogos. Creemos, si
embargo, oportuno agrupar algunos
vasos diaguita·s -eon otros i:n<:aicos o de la época imperial. La analo–
gía e im one a simple vista sin que sea menester multiplicar las prue–
bas, eomo podría hacerse fácilmente. (41).
Examinando las formas exteriores de Jos vasos se percibe que
los aribalos incaicos (42) fig. 6-y 7 de a 1·álinina Il[ ofrecen una línea
idéntica a ' a de los diaguitas del V1al1e de Lerma y Cafayate, (43),
representados en fas ñg.
1
y 4 de la misma lámina. Obsérvase as·imis–
mo s imilitud en ·los mot ivos <lecorativos del citado aribalo fig. 4 y el
incaico (44) de la fig. 3. Una serpiente escultórica horizoruba;l se ad–
vierte en e!l aribalo del Pucará de Lerma, fig. 1
y
en el incaico (45)
reproducido en fig. 5.
La serpiente enroscada, visible en las figs . 2, 8 y 9 (46) aparece
(41)
Véase Lámina III.
(42)
E stos aribalos forman parte de la colee·
ción del Museo de Arqueologla Peruana "Lar·
co Herrera" de L ima. Proceden de la región
incaica.
(43)
El aribalo Fig.
t
( 1!4
tamaño natural)
procede del Pucará de Lerma. H a sido repro·
ducido de la obra de Don E ric Boman "Anti·
quités de la région andine". E l aribalo Fig. 4
de una altura de 320 mm.
un diámetro de
vientre de 208
y
un espesor de 6, procede
de Cafayate. Forma parte de la colección del
Museo de La Plata
y
ha sido reproducido de
la obra de Don Félix F. Outes: " Alfarerías del
Noroeste Argentino".
(44) Este nribalo incaico forma parte dé
la
calección del Museo de Historia Nacional de
L ima. P rocede del Cuzco. Mide
0 .720
mm. de
altura,
0.500
mm . de diámetro de vientre
y
0 .010
mm. de espesor.
(45) Este aribalo incaico forma parte de Ja
colección del M. A. P. mide
0.200
mm.
de
alto por
0.210
mm. de d iámetro
(46) Esas tres urnas diaguitas se encuentran
en la colección del Museo de La Plata. L a fi g.
2
procede de Catamarca
y
mide
550
mm. de
a lto, 390 de diámetro de boca,
320
de diámetro
de vientre
y
6 dt- espesor. Reproducida de la
obra antes mencionada de don F. Outes, (P lan·
cha V. fig.
i).
La fig. 8
(1J7
del tamaño natu·
ral) procede de Cerro Pintado, en el valle de
Santa Maria, donde
fué
hallada por el señor
Carlos Brucb
y
reproducida en su obra "Ex·
ploraciones
Arqueoló~icas
en las provincias de
Tucumán
y
Catamarca"' (fig.
1o8).
La urna re·
presentada, fig. 9, procede de Catamarca y mide
420 mm. de diámetro de vientre
y
8 de
espeso~.
reproducida de
la obra antes mencionada de
don F. Outes (Plancha VITI, Fig, II),