Table of Contents Table of Contents
Previous Page  55 / 470 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 55 / 470 Next Page
Page Background

TIAHUANACO, TIERRA MALDITA

51

marina interceptada, parece imposible que se haya escrito eso, Y· más,

que se lo haya leído con carácter de seriedad.

Permítasenos, pues, prescindir de los

cataclismos cósmicos,

sean

ellos de agua o de fuego, Orkan o Volcán, según la pintoresca expresión

del precursor más directo del arqueólogo de La Paz.

Naturalmente, para ciertos temperamentos, nuestra

"mise au point"

representa un delito contra la belleza. Sin embargo, nadie impide que

se repitan, refiriénd0se a Posnansky, las frases . aquellas:

"El no reduce

el tiempo a unos pocos, misérrimos años. Con pasión

y

con bravura se

interna en

lo

profundo de las muertas edades. No prescinde de la acti–

vidad volcánica, ni de los trabajos sísmicos de la tierra",

en cuya gala–

nura el poeta ha entrelazado las voces de su espíritu profético y las nocio–

nes de una geología emocional

(I,

p.

5

O) •

Dedicaremos algunas líneas al segundo escollo en que se tropieza al

estudiar la literatura cle Tiahuanaco; quiero hablar del contraste entre

la

naturaleza clel lugar y las obras del hombre. Ni los 'Cronistas explo–

taron el tema, ni lo enunciaron los primeros visitantes; pero a partir

desde un cierto momen to, a 1iteratmra de Tiahuanaco más reciente in–

siste en presentarnos el tenr·torio en que se ele:van las ruinas como un

lugar inhospitalario e infecundo, algo así (,omo una tierra maldita que,

después del famoso " t:ad ismo, repele a los hombres p0r su inclemencia

y

esterilidad.

lnt~es

nte se.ría avetiguar el

orige~

y el camino de esta

idea; aquí nos basta sentar que en el año 1883 la encontramos formu–

lada por dos autores, contemporáneamente, con términos que no dejan

lugar a dudas: el Marqués de NADAILLAC y Rudolf FALB.

Según el primero (XIII, p.

400)

las ruinas se encuentran en una

meseta puesta casi al límite de las nieves perpetuas, por cuya altura "nin–

guna vegetación es posible, ningún cereal puede madurar, la respiración

es penosa, todos los elementos son insuficientes para mantener

la

vida".

Sin embargo, "en esta región árida

y

desolada, de un acceso tan difícil,

los hombres habían construído una ciudad importante y edificios nota–

bles . .. " De aquí la idea de un "contraste insanable' ', que será drama–

tizada por todos los autores posteriores.

Más inquieto, Falb no se conforma con dar resalte al fenómeno,

sino busca indicar ias causas,

y

es fácil imaginar el cúmulo de extrava–

gancias que nos brinda este autor tan desordep.ado (XIV, p.

445).

· La idea de la esterilidad de Tiahuanaco reviste mucha importancia,

no tanto par sí misma, sino por las construcciones hipotéticas de orden

geológico que han sido propuestas para resolver el "contraste" de que

hemos ptesentado

la

enunciación.