Table of Contents Table of Contents
Previous Page  54 / 470 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 54 / 470 Next Page
Page Background

50

LA ESFINGE INDIANA

En cuanto a la doctrina de Albrecht Penck, sobre las oscilaciones

dímáticas en general, y en particular sobre el conjunto lacustre de la alti–

planicie andina, están reunidas en una conferencia del Dr. Frenguelli:

publicada por la Ac.ademia de Córdoba

(IX,

p.

1OO

y

1O5) •

Entre los buenos argumentos de

Posna~sky

figura 1a elevación de

los "pueblos de chulpas", respecto al lago (X, p. 34) . El hecho que

esas construcciones están todas situadas a una altura respetable sobre el

nivel actual de las aguas, es de la mayor· importancia, por ser prueba

de que en la época en que fueron construídos el lago tenía un nivel no–

tablemente más alto.

Ni le valen a Uhl,e sus excesivos temores, que le prohiben admitir

que en pocos siglos pudo realizar tan significante retroceso de las aguas.

Si imaginamos esa posibilidad - piensa Uhle - tenemos que admitir

como consecuencia que no es muy lejana la época en que el sitio de las

ruinas estaba enteramente sumergido. Naturalmente, entre confesar que

la antigüedad de Tiahuanaco h,a recibido tan rudo golpe, y rechazar la

incómoda doctrina, Uhle no duda un sola instante. He aquí r¡n arqueó–

logo, muy res11etab e por otra parte, que, al entrar e¡¡¡ un campo de

averiguaciones geofísicas, quiere limitar los resultados del experimento

según el bagaje de pres nciones que se ha olv:idado de

deja~

a la puerta,

y huye aterror'zado ante las consecuencias.

(XI,

parte

II,

pág.

1O).

Viceversa osnans y quiere emplear las obser.vaciones del nivel an–

tiguo come prueba de sus fblicas antigüedades, cuando fos 34 metros

que faltan, e altura, para que las aguas lleguen a Tiahuanaco, no ne–

cesitan sucesiones interminables de siglos, sinó una relativamente peque–

ña modificación climática. Respecto a su idea de la inclusión de aguas

marinas, al levantarse los Andes, mayor buen sentido demuestra un

modesto viajero de la Conquista

(XII,

cap. l

O3) •

Podría ser

-

escri–

bió Cieza de León -

que del tiempo del Diluvio quedó así con esta

agua que vemos, porque a mi ver, si fuera

ojo

de mar estuviera salobre

el agua,

y

no dulce, cuanto más que estará de

la

mar más de sesenta

leguas.

El lector ve que, sí se aparta la forma confesional de la expres10n,

las observaciones geofísicas de Cieza pueden aceptarse plenamente hoy

día, pues en la palabra "Diluvio" se debe reconocer una fórmula algo

anticuada, pero exacta y descriptiva, que indica el

acmé

de un período

anaclimatológico, en el sentido de Penck. Notable es la clarividencia

con que Cieza rechaza la idea que Posnansky defenderá varios siglos

más tarde, es decir, que el lago Titicaca fuese un " ojo de mar" . En

cuanto al asunto del agua de los glaciares que diluye las sales del agua