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LUCHA

DE

MÉTODOS

tolteca, fundaron Chichen-Itza, en Yucatán, en cuyos derredores edifi–

caron gran número de "pirámides-templos", o

teocalli.

Hay, pues, entre

uno y otro ciclo, un

hiatus

de 4500 a 2500 años

(!).

En cuanto a obeliscos

(?),

alamedas con figuras de animales, y

estat uas puestas al frente de los templos, imagino que el lector no ten–

drá necesidad de sugerimientos, para apreciar cuan débil elemento consti–

tuyen esas " pruebas", para

el

fin de demostrar que fueron levantados

por Egipcios en todo

el

mundo. Se trata, visiblemente, no de formas

concretamente similares, sino de disposiciones cuya analogía es tan sólo

general e ideativa.

Mucha consideración merecería

el

asunto de las momias, atendido

el hecho de ser Elliot Smith un especialista de primer orden en materia

de momificación egipcia ( 13), como lo indican sus trabajos monográ–

ficos sobre el asunto. Pero está de manifiesto que justamente su tenden–

cia de especialista ha llevado al Prof. Elliot Smith a imaginar en el

resto del orbe la difusión de prácticas de embalsamación puramente

egipcias.

En lo que concierne al Perú, la cuestión puede, por prudencia, rete–

nerse en mora, hasta que el barón NordenskiOld dé a conocer el resultado

del exame

las QJ.emias pelmanas llevadas el año pasado ( 19 24) al

congreso e Goteborg (XXI

Congres des Americanistes).

No son sufi–

cientemente claras las tradiciones pe,i;uanas sobre este particular, aunque

resulte que el rito funerario de ciertos personajes (Sama-Inca) incluyera

una emba samacion rudimentaria del cuerpo. Nada hay positivo sobre

la técnica peruana de la momificación artificial, pero todo induce a

suponer qu fueran absolutamente desconocidos los baños de natrón y

las resinas, clásicos ingredientes de la práctica egipcia (14) . Un hecho

( 13) En su calidad de agregado a la Escuela de Medicina del Cairo, Elliot

Smith, pudo examinar las m,omias más interesantes de

la

necrópolis de Tebas y de la

Nubia, consignando sus observaciones en gran número de monografías publicadas desde

1902 hasta 1912, año en que salió la celebrada obra

The Royal Mummíes.

A

la

bibliografía reunida por Germain

loco citato,

debo agregar el trabajo reciente: ELLlOT

SMITH and Warren R. DAWSON,

Egyptían Mummíes.

London, 1924.

( 14) Polo de Ondegardo, después de largas búsquedas, logró encontrar cinco

cuerpos de personajes reales, de los machos que se guardaban en el templo del Cuzco,

y que al llegar los españoles habían sido escondidos. Tres de esas "momias" o

Malquí

eran de emperadores, dos de Coyas, y quiso reconocerse en ellas a Huiracocha, Tupac

Yupanqui, Huayna Capac, y a las mujeres reales Mama Runtu y Mama Odio.

Muchos comentadores registran que los

JfJalquí

estaban muy bien preparados, pero

nadie consigna datos descriptivos de los mismos, ni acerca de su preparación. Parece

que los cnerpos fueran desecados por el aire de las cavernas,

M achay,

o de los valles

de alta montaña. Sin hablar de los autores modernos (Markham, pág. 112 ; Réville,

p. 3 72 ; Perrone, p. 3 70), véase en CIEZA DE LEÓN,

Crónica del Perú,

cap. LXIII,