Este santuario debió tener cuatro puer–
tas de entrada, orientadas en las cuatro direc–
ciones cardinales; puertas ornamentadas, asi–
roismo, con grandes planchas de
0 1'
1 •
Ad·e1ná ,
como h
n1 s
dicho más arriba, había dos ni–
chos d iguales proporciones
a
los de la ' ca–
l•illa" de enus , en el n1uro que caía hacia
el
patio.
El llamado " jardín de oro' o
Koricancha,
a
que aluden todos los cronistas, probable1nen–
te caía a uno de los costados de este santuario.
Existen también inuros .subterráneos de
piedra pulida, entre el Inticancha
y
el río Tu–
llumayo, pasando por la cnlle que une Limac–
pampa Chica Q-On
~imacparnpa
G
ande.
Paf' nmo
la bó e
a donde está la sacris–
tía, se ingre en un canohón lleno de ande–
nes. Vplt.e:a:ndo
la derech baño el taber-
1
náculo del templo o región del ábside, está. el
grandioso torreón incaico, de un desarrollo
casi circular y formado por piedras de cuida ..
doso pulimento, aunque no de iguales tamaños.
Aquí la técnica incaica adquiere un notable de–
sarrollo. El torreón se asienta sobre un an–
dén formado por muros también importantes ,
cuya continuación cae hacia la calle del Ro–
sario.
. Este torreón ocupa precisamente el ángu-
lo noroeste de la muralla que rodeaba todo
e1
lntlcancha.
Cuando las luchas civiles entre los
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