nar ropas para las ofrendas numerosas que fre–
cuentemente se hacía en los adoratorios.
Ya dijimos atrás que fuera de estos san–
tuarios destinados al culto solar, había otros
dis eminados por todo el Cuzco
y
sus alrede–
dores. De manera que el culto se extendía
por
todos sus contornos urbanos.
4.-Reglón del Oeste
Hacia la parte occidental de la plaza de
Armas hay nu1nerosos restos incaicos, de los
que hare
O
ención
SÓ
mente ae lo
pr1n–
eipales.
En a call de Santa. Ter esa cuya anchu–
ra,
dicho sea de paso, es la misma a la que
tuvo esa calle en
tiempo de los
incas, como
con1prueban los muros que hay a cada lado,
se encuentran los restos de un notable edificio
que debió ser principal residencia de los so–
beranos quechuas; edificio que tiene la singu–
laridad de ostentar en la portada seis anima–
lillos que parecen
~urnas
y una portada supe–
rior
q~1e
parece una ventana antigua. Esos
pu–
mas
son también signos t'imbólicos, como blaso-.
nes o tótemes'. En el interior de esta casa que lla–
maríamos de los "seis pumas", también quedan
vestigios de aposentos, vestigios que orientan
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