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HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN PERUA

1

A

283

tablcce las reglas de conformidad a las cuales han de ser veneradas

las dichas

httacas

del Cuzco,

con relación a

S'U

sangre,

proceden–

C'Ía e historia; que dictamina acerca de la forma exterior de los ho–

locaustos

y

de las modalidades consiguientes del rito.

Perfílase, sucesivamente, dentro de la mencionada casta sa–

cerdotal cuzqueña, la

figur~

del

1V

iracocha,

o sea la del

pontífice,

cuya vestidura empapada en el vaho de los holocaustos, conserva

la fragancia, grata al olfato indígena, de la

wira

o "grasa", de–

rretida.

l-Iijo de un wi-racocha, o con más propiedad hechura del pon–

tificado máximo que tuvo en sus manos el poder sacerdotal y civil,

es Pachacutec, siempre que por este nombre se entienda un nuevo

aillo dinástico,

o una nueva dinastía cuzqueña,

y

no un período de

interregno entre dinastía

y

dinastía, que es lo que nosotros cree–

n1os

y

lo que trataremos de demostrar en su lugar.

Entra a reinar el aillo dinástico de los T'upac Yupanquis,

nombre que paree expres&r "el caudillo

(ruoac)

de los Tupac In–

cas, o de los caudillos mili ares

y

legisladores que extendieron

los límites del Estado

y

repartieron la tierra conquistada, calcu–

lada por

tupis, o topos,

entr los aillos designados para poblarlas.

Al cabo de una serie de conquistas, que extienden el poderío

ruzqueño hasta las orillas de l\faule en Chile y los llanos de Pasto

l'll

Colon1bia, entra a reinar el aillo dinástico Guayna Capac, esto

('S,

un aillo nuevo

( guayna),

desprendido del ayar

1nayorazgo

de

los Capacs, con lo cual el poder retrocede a sus primitivas fuen–

tes, esto es, al círculo de las grandes familias agricultoras del bajo

Cuzco, fenómeno que parece responder a las eras de paz produ–

cidas por la unificación del imperio, durante las cuales el guerre–

ro descansó de sus marciales fatigas y tornóse agricultor.

Razones de

estado

aconsejan a Guayna Capac, a quien un

orá<'nlo prrdicc la próxi1na destrucción del imperio, a unir su san–

gee, entre otras diversas alianzas, en primer lugar con sang1·e de

n1ujcr C'uzquefia de la casta de. los Cinchi de Hanan Cuzco, en

qnil'n procrea a Huáscar,

y

en segundo lugar, con mujer cunti-

uya, nacida en los términos de Quito, dentro de un aillo orejón