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R. CÚNEO - VIDAL
poseyó las tierras de mejor condición, las cosechas más abundantes
y el ganado más numeroso; el cual, como tal
pudiente,
tuvo la fa–
cultad, en los albores de la historia peruana, de _tomar la iniciativa
de la fundación del imperio, y una vez fundado, la de gobernarlo.
Los Capacs del Ayar Sara introdujeron en la vida agrícola
del Tahuantinsuyo el cultivo del maíz, y al formar en el radio
de la urbe naciente del Cuzco una zona de cultivos adecuada a las
necesidades de su alimentación, tomaron para sí las tierras mejo–
res, en que medrarían los maizales más lozanos.
Aquella pnsesión consolidó su condición de "pudientes", y fué
punto de
par~ida
de la población
urin cuzqueña,
o del bajo Cuzco.
Ellos dieron al imperio los
incas de paz,
los cuales cedieron
el paso a los de
guerras
todas las veces que circunstancias bélicas
lo exigieron.
En su condición de tales gobernantes de paz, ellos dieron al
i_mperio los siguientes
aillos diná.sticos,
o en otras palabras, las si–
guientes
dinastías incanas:
Manco Capaz.
l\1ayta Capac.
Huayna Capac.
Decimos
dinastías
y no limitadas
individitalidades.
A la sombra de cada uno de los tales nombres de incas labrie–
gos y pacíficos ha debido gobernar,
no
un síngulo individuo, sino
una secuela de individuos pertenecientes al aillo dinástico
manco,
y ello
por~
un plazo preestablecido.
De manos de los
Capacs,
mandones que fueron durante los
períodos de paz, trabajo y abundancia, el poder pasa a manos de
los
Cinchis,
esto es, a manos de los hombres vigorosos u hombres
de pelea, los cuales obedecen a determinados
rucacs
o
rocas,
y go–
biernan por el término de una o más existencias humanas, por
requerirlo determinadas contingencias de peligro nacional.
El nombre
Sinchi Roca
expresa con precisión el
Roca de los
Cinchis,
o sea el éaudillo que mandó a los guerreros de la primera
época militar cuzqueña y llevó la cuenta de ellos sobre los dedos
de la mano
(rucanas),
siendo así que el verbo
rucay,
padre de