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R. CÚNEO - VIDAL

Incas fueron señores, ella ha debido constar de una trenza, o cor–

dón, en que han debido verse reunidos los cuatro colores ·"nacio–

nales" que

simboliza~on

de alguna manera los cuatro

ayares

clási–

cos intervenidos en la creación del imperio.

Los dichos cuatro colores, en tal forma reunidos sobre las rea–

.les sienes, han debido simbolizar la

sanción

y representación de

'

las

cuatro

colectividades arriba expresadas.

I

Ellos han podido ser el

~1erde,

el

rojo,

el

blanco,

el

amarillo,

simbólicos de la coca del

ayar A uqui,

del ají del

ayar Uchu,

de la

sal del

aywr Cachi

y del maíz del

ayar Sara.

Por una singular coincidencia, nacida quizá de un. latente

atavismo, la bandera nacional de Bolivia exhibe tres de los tales

colores simbólicos de los productos típicos de Jas parcelas territo–

riales que corre$pondieron a los Ayares de la nacionalidad alto y

bajoperuana.

Garcilaso de la. Vega nos hace saber en sus Comentarios Rea–

les, que el "llaut0", adherido a un cordón de un color _determina–

do, para cada uno de los aillos dinásticos que hubo en el Cuzco,

no fué privativo del Inga reinante, siendo así. que lo usaron los

miembros d-e su propia familia, si bien de

dimensione~

menores.

Ellos nos confirman en la idea de que el que gobernó fué el

aillo, en cabeza de sus indi-viduos más caracterizados, de suerte

que el Inga ·"reinante'', personalmente desconocido para sus súb–

ditos, pudo ser hoy uno y mañana otro de los tales personeros del

aillo dinástico.

La borla encarnada fué ideada, probablemente, para ocul–

tar la fisonomía del tal Inca a la mirada de los súbditos admitidos

a

su presencia.

Inti Cussi Tupac Huallpa Yupanqui (el.

Tubalipa

de los histo–

riadores) ·, Paula Inca, y el Inca historiador Garcilaso de la Vega

nos han dejado la representación

gráfica

del llauto incano que

les correspondió a los dos primeros, como a descendientes de Huas–

car, y al último como a hijo de

palla,

en los escudos de armas que

con el beneplácito de los ·reyes españoles adoptaron -para sí, en