QUECHUA - CASTELLANO
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sino _portadas,
para
ornamento de las paredes.
La puerta que miraba al oriente servía de en–
trada y salida del Templo, estaba en medio del
hastial. y porque no supieron aquellos Indios
hacer bóveda, para hacer soberado encima de
ella, hicieron paredes de la misnrn canterfa, que
sirviesen de vigas, porque d nrasen más que si
fneran de
maGlern:
pusiéron las a trechos. dejan–
do siete pies de hueco (un metro novecientos
cuarenta
y
seis milímetros) entre pared
y
pa·
red, y
lc1s
paredes tenían tres pies ele maci–
zo. Eran doce los éallejones que estas paredes
hacían. Oerráronles por lo alto! en
lugar de
tablas, con
losas de a diez pies en largo
y
me·
día vara de alto, labradas a
1
t.odas seis haces.
~ntrando
por la puerta del Templo,
volvían
a mano derec
l
rimer ca1lejón, :hasta
llegar a
la
par.
le
mano derecha del Tem-
plo,
luego voivia
a ma o izquierda por el se·
gundo callejó
lfa
ta a otra pared. De allí vol–
vían otra v1-1z
"uln·e
1-ano derecha, por el ter–
cer callejón, y de esta manera, como van los
espacios de los renglones de esta plana,
iban
ganando todo el hueco del Templo, de callejón
en callejón, hasta el postrero, que era el do–
ceno, donde había una escalera para subir al
soberado del Templo. De frente de cada calle–
jón , a una mano
y
a otra. había ventanas co–
mo saeteras, que bastantemente daban luz a los
callejones: debajo de
~ada
ventana había un
vacío hecho en la pared, donde estaba un por–
tero sentado, .sin ocupar el paso del callejón.
La escalera está hecha a dos aguas, que po–
dían subir
y
bajar por Ja una banda o por
la otrn; venía a salir lo alto de ella de fren–
te del altar mayor. El suelo del soberado es–
fa
ba enlosado de unas losas negras mny lus –
trosas, que parecían de azabache,
traídas de