tua semejaba
éi
las
iu1ágen~s
de nuestroi;i
bi~naventuni.dos Apóstoles, y más µrophrn1eute
a
la del Seño1• S;in Bartolomé, porque le pintan
con el demonio éitado a
los
pies ,
como
e~taba
la
figura del
Inca
Viracoolia
oon su animal no
conoeido. Los Esµañoles, habiendo
visto
este
Templo y la
e.E1t~t11a
de la
foru1a
que se ha
di·
cho, hau querido decir que pudo
sM
que
el
Apóstol San Bartolomé llegat.e
ba~ta
1
Perú
a predic;:tr a ¡iquellos ge.ntiles,
y
qne en me·
moría suya hubiesen hecho los ludios la esta·
toa
y
Templo. Y
los mestizos naturales del Ooz–
co, de treinta años a esta parte,
~n
nna
,cp–
f1'adia
que hicieron ellos solos, que
¡]¡),O
q,uisie·
ron que entrasen los Españoles en ella,
la cuiil
ooLemnizan con grandes ga¡;¡tos,
tQma roo. por
a.·
bogado
a.
este bien.aventurado Apóstol, djcjen·
do que ya
qwe
con ficción o sin ella,
~e
ha·
bía dicho que · habia predicado en el Perú,
lo
querían por
1
Patrón, anuque algunos Espa·
ñoles maldiciente , viendo los a neos y galas que
aquel día sacan, han dicho que no lo hacen por
el Apóstol, sino por el Inca
Viracocha.
Qué
motivo tuviese el
Inca
Viracoclia,
y
a qué pro·
pósito hubiese rnaurlado
ha0er
aquel Templo en
Cacha,
y
no en Chita, dondti
la Fantasma se
le apareció, o en
Yahuarpampa,
donde tuvo la
victoria de los Chancas, siendo cualquiel'a de
aquellos dos puestos más a propósito que el de
Cacha, no
lo saben decir los
Indios, más de
que
fue
voluntad del Inca, y no es de creer
sino que tuvo alguna causa oculta. Oon ser el
Templo de tan extraña labor, como se ha di·
cho,
lo han destruido los Españoles, como han
hflcho otras muchas obras famosas, que halla·
ron en el Perú, debiéndolas sustentar ellos mis·
mos, a su costa, para que en siglos venideros
vieran las gentes las grandezas que con sus bra·