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partieron del cuartel general llenos de
esperanzas y de entusiasmo, regresaron
a la patria, trayendo en vez de refuer–
zos, la negativa del presidente boliviano,
que pretendía hallarse a punto de sofocar
la primera tentativa de sedición contra
su gobierno.
Esta deslealtad, que tuvo sus frutos al–
gunos años después, sirvió de ejemplo pa–
ra los nobles patricios, que solo fiaron des
de entonces en sus propias fuerzas, para
reivindicar sus derechos de hombres libres
y que regaron con su sola sangre el sue–
lo argentino para erigir el pedestal de
la gloria y del engrandecimiento de la
patria que nos legaron.
Entre tanto, rehecho Cáceres con nuevos
refuerzos enviados de Jujuy por el gober–
nador !turbe, carga furiosamente sobre
las tropas del coronel Rojo, librándose el
segundo combate de Uquía en que los pa–
triotas fueron completamente derrotados.
Allí se perdieron algunas preciosas vi–
das, salvándose los demás después de una