![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0044.jpg)
- 32 -
pueblo de Tumbaya que, como avergonzado
de su humildad, se oculta en un bajo so–
bre la banda Oeste de la Quebrada.
Las casas de adobes, que forman la ca–
llejuela principal, son todas iguales: cha–
tas, viejas y desaliñadas como sus habi–
tantes. Una pobreza franciscana es la ca–
racterística de aquella aldea, que es nada
menos que la cabeza del departamento del
mismo nombre.
Frente al cuadrado inculto que le llaman
la plaza, se levanta el edificio de la igle–
sia, modesto y de adobes como las demás
construcciones del pueblo y en donde, en
los días de fiesta, oyen los fieles la consa–
bida misa que oficia cualquier sacerdote
ambulante cuando falta el cura párroco.
E se diminuto templo, al decir de las gen–
tes, fué, visitado alguna vez por San Fran–
cisco Solano, cuyas bendiciones, al parecer,
tuvieron la rara virtud de detener el pro–
greso edilicio de la aldea, cuyos habitantes,
en su aparente cansancio intelectual y
fí–
sico, dan la sensación de esas
geni~s
des–
preocupadas de las cosas de la vida, de