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TUMBA
YA
A cuarenta y siete kilómetros a l norte
de la ciudad de Jujuy, sobre la línea del fe–
rrocarril a Bolivia, e4iste una pequeña es–
tación, tan pequeña, que casi podríamos
decir una casilla de camineros, en la que
un jefe, un telegrafista y un peón de plan–
chada forman todo el personal, que resul–
ta excesivo para el escaso movimiento de
pasajeros y carga de ese lugar.
Es la estación Tumbaya, que
fué
cons–
trr.ída.
c.
"última hora", al finalizarse los
traba jos del camino de hierro a la vecina
República del norte, cuando las súplicas de
los tumbayenses lograron llegar al alma
del director de los trabajos el ingeniero
Yturbe.
Como a trescientos metros de allí, sal–
vando el pajonal que cubre una buena ex–
tensión de terreno fangoso, está el pequefío