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en sus casas en las últimas horas de la
tarde.
El recorrido que se hacía en mas o me–
nos cuatro horas a la ida, hasta llegar a
las termas, resultaba doblemente molesto,
en razón del mal camino, siempre cues–
ta arriba, y la mayor parte por la pedre–
gosa playa del río, que había que vadear
ocho o diez veces. Al regreso, (cuesta aba–
jo) en solo tres horas se volvía al punto
de partida.
El Ferro Carril Central · Narte, en su
prolongación a Bolivia, construyó la esta–
ción Reyes, a _ocho kilómetros de Jujuy,
acortando las molestias del viaje y, el go–
bierno de la Provincia, trata por su parte,
desde entonces, de conservar el camino ca–
rretero qu-e arranca de la vía férrea y que
h a sido ultimamente reparado.
Hoy, una empresa de coches y automóvi–
les, hace el servicio de pasajeros con rela–
tiva comodidad. Por lo demás, la grandio–
sidad de los hermosos paisajes, hace olvi–
dar la larga travesía.
Reyes, nada tiene que envidiar al Rosa-