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HORACIO H. URTEAGA
tranjeros pronunciaron contra el plan de campaña del inva–
sor. "Faltó valor y dirección inteligente en
=1
ejérdto chi–
leno". El jefe del bloqueo, Comandante Latorre, escribía a
Baquedano:
" El papel que deben desempeñar los buques de la es–
cuadra, creo que no puede ser otro sino el de estar alertas res–
pecto a los movimientos del
Manco,
para obrar en cons2cuen–
ria ". ( Parte de Latorre a Baquedano, del
29
de mayo ) . Más
tarde, en los primeros días de junio, escribía Lira a Latorre:
" El general no pretende, naturalmente, que nuestros buques
comprometan combate, porque ésto sería exponerlos sin obje–
to ..... y hay que distraer a los fuertes
y
al
Maneo
" (
6 ) .
¡
El
Maneo' Capac,
débil buque de madera que anclaba a
corta distancia de la costa, como única d2fensa en mar de la
plaza heroica, infundía pavor a los ma1unos que s2 refugiaban
en la poderosa escuadra que circundaba la rada
!
Ignoró Bolognesi el desastre de Tacna hasta el
1
º.
de ju–
nio, en que unos soldados llegados al puerto comunicaron el
fatal desenlace de la acción. Ni Campero ni Montero habían
comunicado al Jefe de Arica el resultado de la batalla. Sin
embargo, el héroe comprendió, desde el primer momento, la
enormidad del peligro y se resignó a su sentencia: defender
el honor nacional, único que había que salvar en semejante
trance.
Con todo, hubo un momento en que Bolognesi concibió ia
esperanza de socorro y refuerzos, y telegrafió al Gobierno de
Lima, por intermedio del prefecto de Arequipa:
"Ai·ica se sostendrá por mucho'S .días,
y
se salva1·á, per–
diendo el enemigo, si Leiva jaquea ap1·oximár1dose a Sama
y
se une con nosotros
".
Ultima esperanza que se disipó cuando se supo que victo–
l'ioso el ejército chileno, avanzaba sobre la plaza.
Ocurrió entonces un suceso desgraciado : creyendo Bolog-
(6) .-Documentos oficiales chilenos de la campaña del sur, inser–
tos en la
Historia de la Guerra del Pa·cífictJ,
de
G.
Bulnen. Tomo
II,
c.
IV,
págs. 365
y
369.