Table of Contents Table of Contents
Previous Page  385 / 430 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 385 / 430 Next Page
Page Background

BOCETOS HISTÓRICOS

313

nesi, y con él todos los jefes peruanos, que la plaza sería ataca–

da por el norte, Jugar a donde Hegaban ya las

avanzad.as

ene–

miga , había hecho colocar algunas minas más allá de lo·s fuer–

tes de

Santa Rosa

y

San José,

y comisionó wl ingeniero Elmore

para dfrigir Ja defensa. Desgraciadamente la impericia de Jos

encargados de prender las minas, ocasionó el estallido de una

sola antes de que las fuerzas chilenas se colocasen en el círculo

del peligro. A Ja vista de Ja explosión, los escuadrones chilenos,

repuestos del susto, se echaron a perseguir a los peones que

huían, a Jos que pronto apresaron, cayendo, desgraciadamente,

junto con ellos, el valiente ingeniero Elmore y perdiéndose con

su prisión el elemento directivo de la defensa subterránea de

Arica. " La serenidad del ingeniero peruano, al contestar

las preguntas que se le hicieron, para que descubriese el plano

de las minas de Arica, y su negativa a declarar lo que en verdad

ignoraba, pues en Ja mayor parte de esas obras no intervino,

movieron al jefe chileno, coronel Pedro Lagos, a no fusilar en

el acto a los dos prisioneros, res·ervándolos para después " (7) . .

Semejante descalabro no sólo privó a la plaza de una ele

sus defensas, sino que previno el reconocimiento previo dz.l te–

rreno, que el enemigo ocupaba, cortando los alambres conduc–

tores y anulando el peligro de los explosivos. Su marcha con–

tra la plaza se aceleró desde entonces: el 2 de j unio llegaban .

al río Azufre Jos regimientos chilenos número 3 y el

Buin,

y al

día siguiente los regimientos número 4, el

Bulnes,

el escuadrón

Carabi11e1·os de

Yungay,

3 baterías de campaña y una de mon–

taña. Acompañaban a estas fuerzas, el Estado Mayor y el Ge–

neral en J efe, Baquedano.

El 4 de junio ordenó éste el movimiento del ejército, des–

pués de haber hecho reconocer las posiciones enemigas y ha–

berse cerciorado del poco alcance de los cañones peruanos

en un ligero duelo de artillería. Ordenó luego al jefe de la

escuadra, comandante Latorre, estuviera listo para cooperar

''a una señal dada, sin comprometerse demasiado a fondo".

El ensayo de artillería no había dado buenos resultados: las

balas no ofendían ni a la plaza ni a los fuertes,

y

hubo de

(7) .-Esta

a~everación

de Paz Soldán está comprobada por las de–

claraciones del escritor chileno

y

oficial del ejérci!:o, Orrcgo, publicadas

en el periódico

El Eco de Tacna,

el 11 de julio de 1880.