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Oración para el septimc día
Hermosísima María d t: l Buen Suceso, que
habiendo oido de tu feliz prima el elogio más
justo y propio á tu
~.:;ag radu m~1
ito. como ins¡':-i–
rada por el
E~píritu !::Ja¡,~o, ¡~ rorrumpisr
e di vi'
na en aquel .dulce cántico del
Magníficat,
el
primero del nuevo Testamento, y
~¡
más ven
tajoso
á
todos los del antigtH•. por ser el más
precioso monumt-nto de tu pr• •funtla humildad,
y
el
acto más
<
utén ti· ·o de tu pleno reconoci–
miento: en el nos dejas el modelo másexcelen·
te para saber rendir las gracias al Cielo: en él
¡;os recomiendas la brillante virtud de la hu–
mildad: en él atribuyes tus excelencias al brazo
e
el Todopoderoso: en él nos inspiras lé'
con·
fianza en
~u
divin::. misericordia, que desciende
de generación en gener-ación para todos los que
le temen: en el nos das á conocer la complacen
cia del Señor en aba tir á l"s soberbios dejándo·
Jo,.. perecer de hambre,
y
exaltándo
á
los hu–
milde,, llenánddos de hartura. Concédenos
Señora. que apr0vechándonos de tus sagradas
doctrinas se purifiquen u uest ros corazo·nes y se
abrasen en el fueg·, del divino amur, buscando
la mayor gloria de Dios, atribuyendo nuestras
felicidades corno dimanadas de su liberal y po–
derosa mano: fija. Señora, el temor reverllnte
en nosotro,;· -p-ara que no.; bagam(,s dignos de
sus sagrados fa\·ores has ta conseguir por vues–
tra i-ntercesión ser C•Jlocado<; en l posesión de
la gloria. Amén
•