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0raclón para el segundo dia
Beni~nísima
Señora del
]Jtten Suceso,
¡que
hermosos sou tus pasos! Hija del
Princip~
pvr
estas m@utañas
á,;pera~
de la Judea, sin sentir
p~ao
pi gr•vedad con el precioso depósito del
Verbo divino, que carga todas las
cosa~~
cou la
p~l~pra
de ,;u virtud!
¡
Qttá ligero considero ese
bien~y~ntut:ado
vientre,com•)·si fuera tu sagra–
d .>
eatepd~miento
conduciendo al Verbo eterno
mejor que ac¡uella paloma del t\rca llevando el
ramo de olivo en señal del
pacto yconfedera–
ci6n que hir:o•el Altísimo del perd.ón de los. pe·
cados,
y
de suspender; sus enojo¡¡! Concédenos
Señora, que concibiendo los
precepto~
divinos
con amor
y
dulzura, •ul)amos por el monte
alto de la perfección, sin- que nos dejemos ren·
dtr del yugo
y
de la carga de 1a Ley; que ayu–
dándonos tu protección, nos
a\ig~rará
ella mis·
ma
como las alas de las aves, par(\ remontar el
vuelo hut" las eternas- moraqas, donde espero
acompafiarte por los siglos de los ¡,siglos.Amén.
Oración
para el
tercer
dja
Clemendsima Madre del Rey de los Cielos,
Matia
del
Buen Sqceso,
que constituida en
el más alto grado de
~levación,
dirigís con la '
más profunda humildad tu sagrada estación
á
hacer la visita más piadosa
y
útil,
que ·se ha
hecho entre los mortales: cierras los ojos
á
las
precauciones que podíl\n naturalmente dete·
nerte para sostener el esplendor
y
dignidad
d~
ser 'dad re de Dioa;
y
lejos de esperar que las
criatur~s
rindan tos
:~as
justos homenajes
á