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de tu sagrada vista,
y
así se caracterize nuestrá
alma con la augusta cualidad de ser esposa tu·
ya,
y
bcndecirte y alabarte por los siglos do:)
los siglos. Amén.
Oración del Buen Suceso para el
Primer día.
¡Oh
amabilísma Reina
y
Señora del
Buen
Suceso!
Digna Madre de Jesús mi Redentor,
que saludándote el Arcángel San Gcibriel y
proponiéndote ser Madre¡de Jesucrista, cvnsen–
tiste con la más profunda humildad en la En–
carnación del Di vino Verbo en tu
c~stisimo
y
purísimo seno, é
igualmente te di6 parte del
preñado de tu prima santa Isabel, que auaqne
estéril,
y
de C!aad avanzada, tenía en su vientre
un hjjo feliz de seis mese.s,destinado á ser Pre–
cu-rsor del verdadero Mesías; instruida y toca–
da de los impulsos del Espíritu Santo para vi·
sitar á tu dichosa parienta, y enterada de los
a;oberanos designios, no deliberas un m0mento
en dejar tu casa
y
patria, teniendo tus castas
delicias en el retiro y 119ledad; nada te detiene,
ni la delicadeza de tu complexión. ni las pena–
lidades del camino desde Nazareth
á
Hebr6n,
ni lo-'Oilatado de este viaje te acobardaron:
y
al punto obedeces Sefiora, caminando por esas
escarpadas montañas.
.Haced Señora. que a–
rrendam<ts tu prontitud
y
no dejemos pasar
aquellos felices momentos de luz interior, que
nos alumbran, desechando las razones
y
pru–
dencia de la carne, para que imitándote en esta
vida, te acompañemos en la ¡-loria. Amén.