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Oración para el octavo
día
~nmaculada
Señora del
Bnen Suceso,
que
en la admirable y sagrada conversación con" tu
feliz parienta Santa Isabel, d escubriste con un
portentoso rayo de luz sobi-enatural el pleno
cumplimiento de las antiguas J.>romesas y pro·
fecías con t l gozo del Mesías
e~ peradu,·
siende ·
tu, más sabia
é
iluminada que todos los Profe–
tas,
instruiste Ma ria S oberana con palabras
dul ces, eficaces, ti e rnas
y
penetrantes, llenas
del espíritu dP.l Señor, con que arrebatabas el
ánimo, atraías el· coraz6q de tn Prima que tu–
vo la dicha de oirte. ¡Bienaventurada
y
dichosa
lsabel que mereció instruirse d e la que era a–
siento de la Sabiduria! Enseñadnos Señora, á
amar á Dios y al prójimo dand9 ejemplos de
edificación, d octrinas sanas
é,
irreprensibles,
ajustando nuestra vida
á
la tuya para ser útiles
á la satvación d e
los fiele s, con quienes deseo
alabarte por los siglos de los siglos . Amén .
Oración para el último día.
Madre amabilísima del
Buen Suceso.
y
~e
ñora nuestra, que no queriendo la palabra di·
vina conunicarse á nosotros sino por medio de
vuestra soberana persona, igualmente no quie·
re que recibamos las luces de instrucción y sa·
biduría. sino por vuestra efi caz y compasiva
intercesi6n,como se vi6 en aquell a s bendiciones
y gracias que derramó el T odopod e roso en la
casa de Zacarías con la dulce mansión que hicis ·
te de tres mes es y dichosa compañía eón que