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bonraste
á
aquella
afortm~ adii
farr.i!ia; el d< •D
de profeda que ncibió Santa Isabel, lo ilustra–
do de una nuevH lnz con que l'e vió Za€drfas, la ,
expedición de su lengua para prorrumpir eu
alabanzas del Sefior, y la:-: dulces consolaci<Jnes
de su casa; ma ravillas fueron dimanadas de
vuestra real
y
sagrada presencia que Dios 1i ·
beral concedió por vos. Así lo creemos Señora.
Si po!' haberse hol'pecJado
1
or Hpacio de un
m es en casa deObt-dtdon el Arca del
'I
estamen
to, bendijo Di<,s á él
y
á
cuantoJe pertenecí ,
porque era figura vuestra: ¿cuántas dulzura;.:,
consuelos, luces benignas no lloverían sobre
aqut!lla distinguida familid de Santa Isabel los
tres; meses que te mereció
á
tí Arca viva? A·
pl-icad Señora sobre nosotros la benigna in·
fluencia de vuestra intercesión desatando nues·
tra lengua para s&ber hacer una confesión en·
tera, eficaz
y
contrita, infundiéndonos los do–
nes para bendecirte
y
alabarte por eternidades
en la gloria. Amén.