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dispone son regalos y
favores con que aquel
!::ieñor me significa sus no bastante apreciables
memorais! Yo así deseo conocerlo: más me des·
lumbra el amor propio, Sedme pues propicio,
santo mío, para que, venddo tan poderoc;o em–
bargo, aliente en mí este tan saludable conoci–
miento, y desee siempre, como siervo suyo,pa–
decer en su obsPquio con tal gusto, que las pe·
nalidades y trabajos me sepan á
regalos y fa–
vores del cielo, logrando así, cuando me llame
Dios, pasar dei indispensable padecer en este
valle del mundo, al descanso interminable oel
Paraíso. Amén.
DIA OCTAVO.
Señor mío Jesucristo, ect.
Esclarecido obispo, etc. como en la pág.
151.
MEDITACION
Sobre el constante sufrimiento de san Blas, entre
e~
!
>ang-rien.tod.iluviQ
d~
::;us martirios,
Considérese, que ni el ser cruelmente apa ·
leado, ni azotado con impío esfuerzo, ni despe·
dazadas sus ca1 nes con huñas de hierro
y
ace · _
rados peines, hace la menor mella en su cons,
tancia, ántes si luce victoriosa esta al compas
de la crueldad que le martiriza; y blasonando
in vencible, con la asistencia de Cristo impreso
en su corazón, deja el cuerpo en manos del
ti–
rano, para que le atormente de todos modos,
~uando
el sufrir
~os
modos de martirio que ca,
~crn
-e.Jil.
l.a~ idl(~.s ~el ri~.or,
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ti~~~ e~ I)~.d?.,