-131-
dad coc. que, me buscais para salvarme en estos
últimos tiempos; pero
ya
que sufro tan angus ·
tiosa confusión,
y
que nada poseo con qué ro
rresponder á
t11s divinas prowesas, espero os
dignareis
ace~• t<~r
la entrega incondicional que
os hago desde este instante, de todo mi ser, y de
todo cuanto pos t o sin reservar para mí sino las
humillaciones que vuestra santísima voluntad
quiera hacerme susfrir.
Aquí se reza un Credo al humildísimo Corazón por
la prosperidad de nuestra Madre la Iglesia
y
pt·elados
de ella.
:EJERCICIO PARA :EL S:EGUNDO VI:ERN:ES
úRAClON
Amantísimo Cora3Ón de Jesús, que inflama–
do de la caridad que teneis para los hombres,
no sólo no castigais sus torpes ingratitudes,
sino que ardiendo en purísimo
arr.or, los bus –
cais con celestiales promesas,y l
os invitais para
que las aprovechen reconociéndoos como á su
suprem~
benefactor,
y
correspondiéndoos agra–
decidos
á
vuestros imponderables beneficios :os
ruego Corazón Divino, con toda la efusión de
mi alma, que ya que sufro la pena de no poder
corresponder al infinito
y
perfectísimo amor
que iempre me babeis tenido,
y
ya que no dis
pongo de mil
corazon~s
para amaros con todos
ellos como lo mereceis. os digneis aceptar el
limitado é imperfecto amor de mi pobre cora–
zón, y la formal ¡:>romesa que también os hag<:>
de ser un incansable propagador de la esplen–
didez de vuestro culto, y de buscar adoradores