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ciéndote y suspirando por la feliz mora•l<> del
Corazón de J esú ·.
Así sea
(Se h':lce la petición,
y
después se rezan los
'
cinco Padre nLlestros, concluyendo con las sú–
plicas del Sagrado Corazón de Jesús).
Ora[ión ala
~antlsima
Virgen para finalizar el Triduu
Que será bueno hacer los tres dias
¡Amorosísima
y
tierna Madre mía, en quien
he puesto mi conti;mza! Yo no sé con qué voce.;
pedirte me alcances del Sagrado Co1 ¡¡zón de
Jesús las gracias que solicito. A;:'uro mi mente
y
en ella no encuentro frase · que interpreten mi
dolor. He lloardo, Señora, pero mis lágrimas
carecen de elocuencia: he suspirado m ucbo,
mucho; pero mi aliento corrompido con la mal–
dad, tal vez no llegue á
tus pies. María, ¡mi
dulce Madre! Tú que conoces el lenguaje de tus
hijos, traduce el mío balbuciente
y
torpe
y
a–
clara mi humilde petición: sá mi intérprete
para con Jesús : díle que no sé hablar, que mi
lengua de murtal sólo vierte frases en el idioma
de Jos hombres.
.
Haz, Señora, que fije sus divinos ojos en esta
alm&. pobre que se inspira en el dolor: ruégale,
pídele que corone mis desos, que favorezca
mi petición
y
que acepte este Triduo en me–
moria de sns agonías, aunque nada me conce–
da. ¿Me desampararás Madre mía? ¿Quedarán
sin ser escuchadas las súplicas que te hago?
En fin, Señora, si encuentro remedio en mis
congojas, es porque pedíste
y
así me convino;
y
sinó, será para mejor
y
que se haga la volun