EL AYLLU
inca, que designaba realmente una función
patriarcal, de linaje en sus orígenes, se tomó
como dignidad imperial, con las mismas
leyes y familiares ritos. Igual cosa vemos
producirse en Roma (que en su historia
tiene muchos puntos de analogía con el
imperio peruano), donde la dignidad y las
funciones del
imperator
representaban, en
grande, dentro de aquella vigorosa centrali–
zación estatal, la autoridad y prerrogativas
del
pater
jam~tias
quiritario.
Los caracter es propios del
ayllu,
en su
orígen, son, según las inducciones más
rigurosas, Jos de la familia consanguínea. En
el
.ayllu
que nos describen Jos cronistas
peninsulares, encontramos
á
la vez que una
cohesión consanguínea, un régimen patriar–
cal del anciano ó jefe, que es el tronco del
cual proceden 6 por el cual se relacionan y
agrupan las familias. Esta unidad del gmpo