EL AYLLU
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rior, en ese período en que las tribus terri–
toriales esbozan la nacionalidad, cuando se
organiza el imperio peruano, resurge nueva–
mente el
ayllu
casi en su forma antigua
y
típica, sobre todo, en las familias aristocrá–
ticas que se apoderan del gobierno de la
nación.
Los
ayllus
aristocráticos del Cuzco, en su
organización interna, tienen una exacta co–
rrespondencia con la constitución patriarcal
del
genos
griego ó de la
gens
latina, en que
el parentesco ae sangre ó nombres se tras–
mite de generación en generación masculina,
por
representación
del
pater familias
t.
1.
M. de Coulanges, al describirnos los caracteres
constitutivos de la
gens,
nos dice :
«
Cada familia
tiene sus leyes, no escritas sin duda, pero sí grabadas
por la creencia religiosa en el corazón de cada indivi–
duo : tiene su justicia interior, por encima de la cual
no hay ninguna
á
quien pueda apelarse ; y poseyendo
dentro de sí misma cuanto en rigor puede necesitar el
indi vid uo para
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vida material y moral, no le hace