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i
la poesía en
el
lleno de sus composicio–
nes; resulta una orden i naturalidad
la
mas necesaria i recomendable. Acuér–
dome de
la
versa.dade un yaravi que
por venir al intento la he de referir, í con.
ella pretendo poner fin a esa inimitable
cla~e
de música.
Da
el
yaraví que copiamos a conti–
nuación, terminando T irado con estas
juiciosas observaciones, que revelan un
f roiundo conocimiento de la índole de es–
ta clase de elejías.
" ¿Que corazón por empedernido que se
considere,
se
hará insensible a la podero–
sa fuerza de esta canción? Ella solo res–
pira dolor i pena: los finales de los versos
repetidos por
el
retornelo de
la
Música
excitan a lástima i mueven a dolor: su
objeto es manifestar el sentimiento conce–
bido en la muerte de un idolatrado aman
te, i se desempeña con
la
mayor elegan–
cia i hermosura: toma por asunto la viu–
dedad·de una tórtola que ha perdido su
consorte, en cuya ausencia no halla ali–
vio para mitigar su tristeza: compara–
ción muí adequada, i símil excelente que
manifiesta
el
natural delicado gusto de es
tas sin iguales composiciones".
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