VIDA
y
VIRTVDES
125
5500.-Vida y Virtvdes de la Venera–
ble Virgen Doña Lvisa de Carvaial y
Mendoc;a. Su jornada a Inglaterra, y su–
cessos en aquel Reyno. Van al fin algv–
nas Poesías espirituales suyas, parto de
su devocion y ingenio . Al Rey Nvestro
Señor. Por el Licenciado Luis Muñoz.
Con Privilegio. En Madrid. En la Im–
prenta Real. Año M. DC. XXXII. -
En 4 .º, de
229
ps., s.
9
hs. p. n.
P.
EL
P.
MIGUEL
WALPOLE.
Confiésalo el mismo Lic. Muñoz en su
Dedicatoria
á
la M. Mariana de San José,
de donde copiamos las siguientes cl áusu–
las: «Este año passado era en mi (diee)
c_ontinuo vn pensamiento de hazer vn Elo–
gio a su muerte [de D.• Luisa] , de la qual
andava vna relacion en Sevilla.... Escrevi
a vn devoto de doña Luisa, que hizo dili–
gencia para buscarla,
y
no en vano; que si
bien la relacion no parecio, me dio noticia,
que andava la vida escrita por su Confessor
Religioso de la Compatiia. Aumentose la
curiosidad de verla, hize varias diligencias
en la Compañia,
y
otras partes: escrivieron
de Sevilla, que en el Convento R eal de la
Encarnacion hallaría lo que buscava. A
poca diligencia la caridad de V. R. me en–
riq uezio con los q uadern os que escri
vi o
de
la vida de doña Luisa el Pad re Mig uel Vval–
polo Ingles de la Compañ ia de IESVS.... ,
á
quien por sus virtudes , y letras elig io
doña Luisa por guia de su espíritu. Vinie–
ron tambien con ellos treinta
y
siete depo–
siciones juradas de las informaciones, que a
instancia de su Magestad se han hecho, con
autoridad del Ordinario para su canoni za–
cion.... R econocí los q uadernos
y
deposi–
ciones; parecio rne, que no si n particul ar pro–
videncia avían venid o a mis manos,
y
que
el Elogi o podia es tenderse a H is toria, j un–
tando a lo que escri vio el Padre Vval po lo,
lo que di zen dern as, las deposiciones, de
que el no pudo tener noti cia, porque m urio
antes de hazerse.. .. Aviendo llegado a l vlti–
mo capitul o del li bro del Pad re Vva lpo lo,
tratando del gran secreto con que t ratava
sus cosas doña Luisa, dize, Que sus Con–
fessores con precepto de obed iencia la obli- ·
garon a escrivir algunas cosas suyas, para
tener mayor luz , y conocer su espiritu ....
[ y
J
que estos papeles guardava con tan to
secreto, que no los comunico a persona
alg una, teniendolos en vn escritorio con
llave... .- No me parecio cumplía con la obli–
gacion de vn diligente escritor, si no bus–
cava, y vía estos papeles: puse la diligencia
possible, supe estavan en Sevilla en poder
del P. Enrique Polardo Ingles, compañero
del P. Vval polo, que los recogio quiido
nuestro Señor le llevo al cielo, y tenia muy
guardados por prenda de D. Luisa. Des–
pues de vna prolija porfia los conseguí por
medio del Padre Norton Ingles de la Com–
pañia.... Conferidos con los quadernos del
P. V val polo, hall ele fidelissimo escritor
desta vida, que texio estos papeles, y otras
relaciones; fue vn trabajo verdaderamete
grande, porque di spuso con muy bue orden
las cosas, dando a cada qual su tiempo, ca
las mismas palabras de doña Luisa. Y aun–
que estime, como era justo, estos papeles,
despues qu e vi los de doña Luisa, los ve–
nere como suyos, y pude con mayor segu–
ridad valerme dell os. Vino tambie de Sevi–
lla gran numero de cartas escritas de doña
Luisa a diferentes personas el t iempo que
estuuo en Ingl aterra, en que les da cueta
de sus sucessos, de q ue tambien se valio el
P. Mig uel Vval polo, a qui en nombro inge–
nuamen te por Autor desta obra, y dixera
mejor a doña Luisa: y puedo afi rmar con
toda verdad, que son raras las cosas en el
discurso todo <leste Libro que no aya visto
escritas de su mano... . De todos estos ma–
teriales se ha levantado esta fabr ica, no se
si a mi deseo ha correspondi do el acierto,
solo he pretendido j ütar de vnos papeles y
otros, en los lugares q ue ha pa recido con–
ven iente las cosas de D. L uisa.... Buelvo
a V. R. hecho ramillete los tabaques de
flores que se dign o comunicarme (oxala no
ajadas de mis manos) apenas he puesto
mas que el hilo, y vnas hojas verdes que
sirven al adorno. Si pensare,
q
en el dis–
curso largo desla obra ay alguna cosa mi a,
y me adornare con ella, me sucedera lo que
a la corneja de I sopo, q ue cogiendo cada