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VIDA DEL VENERABLE

505

Di'ctiotm.,

y puso al pie del título copiado de

Backer, la nota Sous le nom de:

El

Li'ce11-

ci'ado Don Gerouimo ttarez de Somot;a»

(col. 1033), atribuyendo también la obra al

P. Alonso de Andrade, el de Toledo, como

se conoce por la

Tabla de autores

que trae

al fin (col. 1261). Pero cambió luego de

opinión en su

Bibli'oth.,

donde dice así: «Le

P. de Backer attribue, d'apres Sotwel, au

P. de Andrade [el Toledano]....

Vida del

P.

P edro Claver, de la Comj>aiiia de jesus.

il!fadrid, lv.Iaria de Qttiiío11es, IÓJ7

[?]

8.

0

Elle n'est pa de lui, mais d'un jésuite du me-–

me nom..... [conviene á saber, del P. Alon–

so de Andrade

J

a

Santa-Fé de Bogo–

ta, xvu• siecle»

(1

1

328). Sin embargo, algo

más adelante vuelve

á

corregirse de nuevo,

y

en el suplemento al artículo del Toledano,

dice: «Je crois qu'il est l'auteur de la

Vi'da

du P. Claver (1ó57)

1

que j'ai attribuée

a

un

autre Alphonse de Andrade...., qui ne se

trouve pas dans nos catalogues» (vm, t 639).

Así es la verdad que no se halla en nin–

guno de los de aquel tiempo, y que ·á me–

diados del siglo

XVII

no había realmente en

la Compaflía ningún P. Alonso de Andrade

Neogranadino. Por lo cual, imitando el

ejemplo de Somrnervogel, aprovechamos

esta ocasión para confesar de plano haber–

nos engai'iado también nosotros cuando en

el

Prólogo

de la nueva edición del librito

De la Felici'dad eterna de los Santos

(Ma–

drid, 1881)

1

seguimos el parecer del P. Fran–

cisco Oudín, que, mucho antes que Borda

y Vergara, atribuía igualmente la

Vida

á

un P. Andrade 4.natural de Santa Fe de

Bogotá» (págs. xxx1v-xxxv).

Y vaya de correcciones y enmiendas.

«SUAREZ,

jer()me.

Antonio , dans sa Bi–

bliotheca Hispanica, demande si cet auteur

appartient á la Compagnie. Je n'ai pas de

données suffisantes pour résoudre la ques–

tion; cependant Sotwel n'en parle pas et Ca–

ballero ne le cite pas parmi les ecrivains de

la Compagnie. Vida del Padre Pedro Cla–

ver. Madrid, 1657

1

8.

0

», dice Backer (m,

984).-En efecto: «HIERONYMVS SVA–

REZ (an Iesuita?)

cripsit-Vidade!Padre

Pedro Claver.

Matriti anno

I

657. in 8.», se

lee en una y otra edición de Nicolás Anto–

nio

(1,

458 de la

I.nj

1

1

604 .de la

2.•).

Pero,

en realidad de verdad, no hay aquf lugar á

dudas: «SUAREZ,

jeróme,

qu'Antonio

hésite

a

compter parmi nos écrivalns, ne

nous appartient pas. La

Ví'da del

P.

Claver

qu'on lui attribue, est du P. Alph. de An–

drade....», corno ya advierte Sommervogel

(vu, 1687).-Es la misma

Vida

que hasta

Nicolás Antonio vimos que atribuía al di–

cho

P.

Andrade, sin saber cuál fuese el

nombre supuesto con que la había estam–

pado;

y

la duda que muestra de si sería ó

no de la Compai'ifa este Jerónimo Suárez,

es decir, el Lic. Suárez de Somoza, hubo

de provenir seguramente del calificativo

que en la portada misma de la

Vi'da del

P.

Clave1'

se da él de «alumno» de la

Compañia de Jesús,

y

aun más, si cabe, del

modo como se explica en su dedicatoria,

donde dice: «Mouido.... de las obligaciones

que reconozco a la esclarecida Religion de

la Compañia de Iesus, de quien recibi el ser

espiritual, recibiendome en sus brac;;os, y

criandome con la leche de su doctrina, desde

que la recebi de mi madre natural. Auiendo

llegado a mis manos la vida del Apostolico

Padre Pedro Claver, nueuo ol resplande–

ciente en Santidad, predicacion y exemplo

de esclarecidas virtudes, el qual puso Dios

en el cielo de la Compa!lia de Iesus, para

igual gloria suya, y luz del mundo, me re–

solui a sacarla a luz, porque Antorcha tan

1

uzida no fuesse sepultada en la ingrata tier–

ra del oluido, y es grande gloria de mi Sa–

grada Religion (que assi nombro a la que

siempre tengo por Madre, y de quien siem–

pre me preciaré ser hijo) que tenga en estos

tiempos tan esclarecidos Varones, que pue–

dan ser honra de sus primeros Padres, y

emulos de sus virtudes....».

Pero de sus mismas palabras se ded uce

con harta claridad que el Lic. Suárez de So–

moza no era de la Compañía, sino educado

en sus escuelas

y

agradecido á la enseñanza

y dirección de sus maestros.-Dedúcese tam–

bién de su propia confesión que él no fué

· autor, sino simple ed·itor, si es caso, de la

Vida del

P.

Claver;

así como luego, del

Proemi'o

que va á las hojas 1-3, que el ver–

dadero autor fué alguno de la Compafifa.–

Que éste se llamaba Alonso de Andrade

consta evidentemente por el testimonio que