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VIDA, VIRTUDES
para convencerse de que su autor fué mucho
tiempo misionero en América¡ y es cierto
que el P. Juan Antonio nunca lo fué, y sí
su hermano D. Francisco, que pasó los me–
jores años de su vida en aquellas ivJisiones.
Ni cabe ·oponer á esta consideración el que
tal vez el P. Juan Antonio, resuelto á que
la obra saliese á nombre de su hermano, la
quisiera también acomodar á su persona y
tiempo. No: la obra está escrita por quien
ha presenciado gran parte de los hechos que
refiere, y conoce bien el país donde han
ocurrido: quien no hubiera visitado las Mi–
siones de América, era de todo punto inca–
paz de t:scribir esta
Vtda Prodigiosa.
Pero aun prescindiendo de estas conside–
raciones, que quizás no satisfagan á todos,
tenemos un argumento en favor y confir–
mación de lo que decimos, de que no hay
apelación posible. Precede á la
Vida
una
Dedicatoria
del mismo P . Juan Antonio á
su hermano D. Francisco ; y en ella se leen
las siguientes cláusulas: «Mayor estimacion
merece, no solamente mia, sino de mi Ma–
dre la Compañia de Iesvs.... lo que v. m.
felizmente ha trabajado en recoger las noti–
cias, y escrivir la vida de aquel insigne Va–
ron , y nuevo Xavier del Occidente, el Ve–
nerable Padre Antonio Ruiz de Montoya....
La gracia es, que algunos me han querido
prohijar este lucido parto, porque me vie–
ron sacarlo de Pila; esto es, por averme v. m.
encargado cuidase de Ja impresion.... Hago
esta protestacion, porque no se acredite la
sospe<iha con mi disimulacion, y silen–
cio....». Creemos que no necesita de comen–
tarios esta explícita y honrada confesion del
P. Juan Antonio¡ aunque nos tomaremos la
libertad de añadir que es muy posible que
contribuyera él á algo más que á la simple
impresión de la
Vida Prodigiosa.
Cuanto á la
Vida Apostolica,
no hallamos
ningún documento en que tan claramente
se la atribuya
á
D. Francisco¡ pero estamos
íntimamente convencidos de que tampoco
pudiera escribirla quien no hubiese pasado
algunos años en las Misiones de América,
al modo que arriba discurríamos.
4568.-Vida, Virtudes, Trabajos, Fa–
bores,
y
Milagros de la Ven. M. Sor Ma-
ria de Jesvs Angelopolitana Religiosa en
el insigne Convento de la limpia Concep–
cion de la Ciudad de los Angeles, en la
Nueva España;
y
natural de ella. Dedi–
cada a la Soberana Emperatriz del Cielo
Mari~
Madre de Dios. Por el Licenciado
Diego de Lemus Beneficiado de la Villa
de Pedraza en el Obispado de Segovia.
En Leon, A Costa de Anisson,
y
Posuel.
M. DC. LXXXIII. Con Privilegie.–
En 4.º, de 533 ps., s. 8 '/, hs. p. n.
Los PP.
M1GUEL
WADING (=GODÍNEZ)
y
JUAN EUSEBIO
NIEREMBERG (!).
En los papeles sueltos de Caballero para
el articulo del
~·
Nieremberg hallamosesta
nota: «Manu etiam scriptam in Imperiali
Matritensi Collegio reliquit Vitam
Ven.cu–jusdam Monialis Angelopolitame in Ame·
rica, Mari<e a Jesu, quam ex variis nostri
pr<esertii:n Mich. Godinez collegit, quamque
Lugduni demum editam in lucem audi–
mus». Reseñando también Sommervogel las
obras del P. Godínez, advierte lo siguiente:
«D'apres le P. Reguera, il publia une vie de
la Vén. Marie de Jésus, religieuse francis–
caine de Puebla» (m,
1521).
En efecto, en Ja
N otitia Vita!
del P. Go–
dínez que antepuso el P. Manuel Ignacio
de la Reguera á su
Praxis Theolog. Myst.,
hallamos mencionada, entre las personas
que dirigió á la perfección, la «Vener. Serva
Dei Maria a Jesu, Monialis Angelopolitana,
&
Tnstituti F ranciscani de Conceptione....,
cujus
&
Vitam edidit idem Godinez: atque
Instituti ejusdem Vener. Augustina a San·
cta Theresia»
(1,
14•). No se distingue bien
si
á
ésta la coloca entre las dirigidas del
P. Godínez, ó la supone autora también de
una
Vida
de Ja V. Sor María de Jesús.
Pero lo cierto es que Ja M. Agustina «es–
cribió de órden de su superior: "Vida de
la Ven. María de Jesus, su compañera"»,
como avisa Beristain, que prosigue luego
á continuación: «Este tratado lo copió de
su propio puño el Lllmo. y Ven. Sr. obispo
Palafóx, y siendo obispo de Osma, lo dió