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RESPVESTA JVRIDICA
ninguna oculta de sus costumbres, y sin
nombrarle mas que por enigmas, sino aten–
diendo solamente
a
lo formal de su escrito.
El informe del Ilustrissimo Barrientos, es
vna carta manuscripta, dirigida al Consejo .
Real; y ahi solamente se debiera responder,
y nunca apelaría quié sabe, y observa las
reglas del Expurgatorio,
a
tan injusto tri–
bunal, como el vulgo, sino es quando fuera
convenido en él, y no tuviera recurso
a
otro
de mas razon.
<(Estas tres reglas prueban con evidencia
la impostura¡ pero si tambien se advierte en
las frasses, y donayres de aquella Carta,
aunque no me atrevo
a
despreciarlas por
menos cultas, ni menos ingeniosas, hazen
tan diferente armonía, como pudieran vn
Ruyseñor, y vn Gilguero, que aunque ten–
gan buenas vozes, tienen mucha diferen ·
cia....
»
(págs.
I0-13).
En este discurso, puesto en boca del fin-
. gido Académico, trata el P. Cortés Ossorio
de exponer, como se ve,
y
defender con brío
el sistema que se había propuesto seguir, y
fielmente seguía, en las numerosas y terri–
bles sátiras, en prosa ó en verso, burlescas
ó graves, con que sabía desconcertar á sus
adversarios.
Á
cuya causa, y como para
abrirse camino más expedito para su expo·
sición y defensa, empieza por descargarse
de las que realmente no eran suyas, por más
que se obstinara en achacárselas el enojo de
sus émulos, ó la indiscreta prevención del
vulgo. Y así, aun por sólo este respecto, aun–
que no hubiera otros de igualó mayor con·
sideración, parece indudable que no hablaba
de broma ni con engañoso artificio, sino
muy de veras, al afirmar y sostener que era
de otro autor la asendereada
Respvesta
que
se le atribuía -del Preste Juan; y no menos
de veras, al insinuar hábilmente que él,
como quien debía de estar harto de saberlo,
la tenía por del mismo que poco antes había
dado á luz la
Satúfaccüm ajustada.
Ahora bien: la
Satisjaccion,
ó sea,
<(Sa–
tisjacion ajustada a los qua/ro Papeles....
»,
que acababa de salir al público á nombre
del Dr. D. Perafan de Re-Vera, es del P.
Morales, como probaremos en los seudóni–
mos. Cotejada con diligencia una y otra obra,
no se puede negar que efectivamente apare-
cenen las dos <(rasgos de la misma pluma»;
ni menos, de convenir en que los de ambas
nos recuerdan los que se ven esparcidos en
otras indudables del P. Morales, aunque no
siempre muy fáciles, por cierto, de distin–
guir algunos de ellos de los del mismo P. Cor–
tés Ossorio.-La razón de esto es bien obvia.
El P. Corlés Ossorio fué, como si dijéramos,
el fttndador de un nuevo sistema polémico–
satírico, muy seguido de nuestros escritores
castellanos de la Compañía en el último ter–
cio del siglo
XYII¡
entre Jos que sobresale el
P. Morales con los PP. Juan de Palazo! y
Antonio Matías Jaramillo. A esto precisa–
mente alude el P. Cortés Ossorio en la cláu–
sula donde afirma que la
Respvesta,
ceñida
á ciertos límites razonables, «pudiera pare–
cer suya, ya que no en la propriedad,
a
lo
menos en la imitacion».
Sólo nos resta advertir al lector que, para
antídoto contra la venenosa insinuación de
Fray Manuel de Cuéllar y Medrana, y me–
jor inteligencia de lo que provocó esta
Res–
pvesta
á la Carta del Obispo de Troya, vea
los elogios que al piadoso é integérrimo Go–
bernador de Filipinas, D. Sebastián Hur–
tado de Corcuera, tributa el P. Murillo Ve–
larde en su
Historia
de la Compai'lía de
Jesús en aquellas Islas (núms.
338-342 ).
1957.-Respvesta
J
vridica sobre Diez–
mos a vna Consvlta, en razon de la de–
manda Fiscal, y Sentencia del Real Con–
sejo de Indias. Contra el Convento de
Santa Ana, y Religiosos Carmelitas Des–
calcos de Mexico.-En fol.
0
,
de 81 hs.
EL P.
JUJ\N DE
A_R.AUJO.
Respondiendo el P. Jaramillo en su
Apo–
logúz del Lic. Don Malias
Mm·in
á los car–
gos que Fr. Juan de la Anunciación, Ge–
neral de los Carmelitas Descalzos, hacia al
P. Pablo Segneri por haber impreso anóni–
mas ciertas
Notas,
se expresa en estos tér–
minos: <(A
27.
de Agosto del año de
1686.
sentencio el Supremo,
y
Real Consejo de
Indias, que el Convento de Santa Ana de.:
los Carmelitas Descalyos de Mexico pagas–
sen, con cierta limitacion, diezmos de la