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haber mandado a
í
Dio
y
huillanga w hunca huañun–
la santa Igle ia.
gct caita ruranarandi, Dios
santa Ig/esiapi h shinn cn-
111achisltca11wnta.
Por cierto el sacerdote
Sacerdote ari, jucha
Nt
h-
quiere como
á
hijo al que con
cata hui/lacta churitrtshina
inceridad se confiesa de sus
cuyanmi. l'lucanchic sacer–
pecados. También nosotro
dotecuna j uchayuctacmi, ir-
acerdotes somos pecadores
quicunami (sacerdote cac–
Y flacos
(y
todos humillán-
pish, obispo caepish, rey
dose
y
postnindose en tierra
cacpi h tuciti cunwrishpci
deben confe arse de u pe-
allpayaslipct paipac jucha–
cado , atmque sean sacer-
cunaln confesangami), chas–
dote , obispos
6
reye ), y
na sluwpac juchacunata
a
í
nos compadecemo
y
do-
uyarish:pct llaquipayrinehic,
lemos oyendo los pecados
cu.yapayanchic.
Diosnin–
cle·
los dem,is.
Y
nue tro
ehicea ñucanchic tuc1ticuna–
Dios
't
tocios nos oye y nos
!et uyarin, pcunbaeltanmi:
perdona, y Él es el ofen-
Pai Dio ninchie piiiachish–
c\ido y el que perdona al
cct canmi, Pai juchasapalct
pecador que se convierte
pambachin, Paiman tueiti
á Él de todo corazón,
y
se
shunguhuan cutirieucta, jur
acusa de sus pecados ; y
chacunala con/esacta;
1
ai
como Él es misericordioso
huacclta cuyac ca hpct ñit–
se compadece ele no otros,
canchiclct cuyapayanmi, ju–
y
al que se ac11sá Dios mis-
cliala confesac runatacn,
roo le excusa. .Así perdonó
Pai quiquin Diostacmi
al Publicano,
á
santa l\Ia-
mnachan: imana jucltasapa
ría Magdalena,
á
an Pedro
Publicano nishcaman, srtnla
y ar rey David sus peca-
María fflagdalena, san Per-
-
~
~
01:1J1)1
1
\_'adcmécum.
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