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XXIV
cárcel
y
trabajo forzoso. Lo domingos deben perma–
necer cerradas las tabernas durante la mayor parte del
día (p. ej. en Londres y ·sus contornos, toda la mañana
hasta la
1
p. m., y de nuevo de de las.
3
p. m. hasta
las 6 p. m.). En us colonias prohiben los ingleses que
se venda aguardiente
;:Í
lo negros.
Rusia
ha
monopolizado la fabricación de aguardien–
tes, no por uu
fin
fi cal, sino con el objeto sincero de
de trnir la embriaguez.
.Aun en la 'l'urquía es prohibido vender, en fiestas
püblica , cerveza, aguardiente, etc.
El emperador Menelik prohibió, on
1900,
la intro–
du ción ele licores en todo el territorio abi iuio.
Luego hay gobiernos que qtúereu poner dique al
peligro social proveniente de la embriaguez.
Pero se no dice: nuestro gobiernos no toman me–
didas adecuadas para impedir
la
ruina moral y física
que amenaza >i la sociedad. Esto es verdad y deplo–
rable; sin embargo, aunque el brazo eglar no coad–
yuve, el acerdote celo o puede con eguir, por medio
del mini terio pastoral, la má consoladoras conquista
contra e te enemigo del g1foero humano, la embriaguez.
El Ven. Juan Bauti ta Vianney, cura d .Ar , nos da un
ü
mplo de lo que puede hacer una persona parti ular
cuando procede con celo, di creción y prudencia. En
pecial, hizo de aparecer de
11
parroquia do tabernas
que habían ido foco de desord
n
1 •
¿
u;íJe. son, pue ,
1)
Véase MoNNIN, Vida del
Veo.
Juan Bauti ta Vianney,
cura
de
A.rs,
l.
II, c.
3.