VIII
pues, interprete torcidamente los sentimientos que han dictado
estas páginas. Algunos lectores han creído ver en
los católicos
alemanes
algo así corno una reedifi..:ación ó adaptación de la
Germania
de Tácito, es decir, un encomio de lo superior que
existe en otras partes. La reflexión era natural, quizás inevita–
ble, pero no responde por completo á la realidad: las compara–
ciones que se imponen, proceden de los hechos antes que de mi
intención. Todo buen ejemplo es una enseñanza, y bajo este
concepto, el volumen
Los católicos alemanes
está repleto de
úti–
les lecciones. Lo mismo puede decirse de la presente obra. No
hay necesidad de insistir sobre esto, de hacer
predicar
á los acto–
res del
Kulturkampf.
Sus actos hablan bastante alto: ellos de–
muestran lo que
f5JC
puede conseguir de fecuncJo y serio con
buena voluntad, constancia y verdadera fe cristiana.