PRÓLOGO DEL AUTOR
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iQ!:.l é despertar tan admirable el del pueblo católico alemán!
Nadie estudiará como es debido las fases de esta transformación
rel igiosa, produc;to de'la fuerza y de la habilidad, ni meditará
suficientemente las preciosas lecciones que se despren
de
semejante estudio. En estos días de escepticismo
religio~""'··ilescomposición moral, el e5pectáculo de una nación que lucha
heroicamente por la integridad de su
fe,
llama extraordinaria-
mente la atención y venga á la humanidad de la insultante ca-
lumnia de los que la creen incapaz de ir contra la corriente.
Los católico> alemanes han remontado es'.I corriente que lleva
á Europa hacia las desiertas playas de la desesperación y del
nihilismo filosófico. Arrastrados por el josefismo, se habían
abandonado también á la deriva, careciendo de pilotos, ó
teni éndol os muy inexpertos. Cualquiera los hubiera creído per–
didos; pero de repente, gracias
á
incidentes imprevistos, gracias
al .«latigazo J e la
Providencia~,
se despertaron á la voluntad y á
la energía, pudiendo verlos hoy en cierto modo á la cabeza del
movimiento católico. Ellos son el candelero del Evangelio colo–
cado
a
la puerta de la Iglesia.
Su despertar ha sido completo.
He querido analizar en este libro las causas de este Rena–
cimiento como vinculadas en un punto especial de Alemania.
En el gran imperio del centro, hay católicos-prusianos, bávaros,
hcsse5es, badenses, wurtemburgueses, · etc., cuyos caracteres y
costumbres ofrecen numerosas divergencias. Todos han tenido
su período de decadencia, su
Kulturkampf
y
su resurrección.
Era muy interesante fijarse sobre este punto en una de estas